Hace unos días, se conocía la muerte en una prisión militar venezolana de Rodolfo González, uno de los opositores venezolanos detenidos en las protestas del pasado año. Poco importa. El discurso del presidente Nicolás Maduro sigue viendo dictadores lejos de su Gobierno. Ayer sábado arremetía de nuevo contra el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al que calificaba de “franquista”.
Maduro aseguraba que en España “gobierna la banca y la ultraderecha”. “Afortunadamente, Venezuela no la gobierna un derechista neoliberal vendepatrias como Mariano Rajoy, sino un patriota revolucionario y bolivariano como Nicolás Maduro Moros, hijo de Hugo Chávez, gracias a dios y a la virgen”, afirmaba Maduro en un acto en el estado de Vargas.
Maduro sostuvo que si en Venezuela gobernara Rajoy, “presidente franquista de España”, habría recortado sueldos, reducido a la mitad las pensiones, echado de sus casas a los venezolanos de las viviendas sociales, recortado en sanidad y educación y “hubiera privatizado toda la educación”.
El mandatario venezolano se refirió en particular a los desahucios. “En España, con el visto bueno de Mariano Rajoy, le han quitado la vivienda a 400.000 españoles. En estos días a una señora de 80 años la sacaron a empujones y la botaron a la calle. No les importa porque en España gobierna la banca y la ultraderecha”, apostillaba.
Además, se habló de la aprobación de una ley (se entiende que la de Seguridad) “que prohíbe que la gente critique al gobierno públicamente, si no los llevan presos”. Según Maduro, “es el fascismo”, que “va retomando las banderas de la ultraderecha franquista, en España y en otros lugares del mundo”. En cambio, “el pueblo venezolano tiene garantizados sus derechos constitucionales, y tiene garantizada su vida en libertad, en democracia y su vida con pleno derecho a la vivienda”, destacaba. “Mientras en España han desalojado a 400.000 familias, nosotros hemos entregado 700.000 viviendas en el mismo periodo. Y este año vamos a entregar 400.000 y nada nos detendrá”, afirmaba.
