El canciller de Venezuela tiene, según analistas, la responsabilidad de asumir un rol de liderazgo ante la difícil situación de salud que vive el presidente Hugo Chávez y el inicio de un nuevo periodo del “socialismo del siglo XXI”. El chavismo espero que Maduro tenga un aura de poder.
A la espera de que se aclare la situación de gobernabilidad en Venezuela, debido a la incertidumbre sobre el estado de salud del Presidente Hugo Chávez (quien permanece hospitalizado en Cuba) y tras la reelección del militar en retiro Diosdado Cabello como presidente de la Asamblea Nacional, analistas venezolanos concuerdan en que el canciller y vicepresidente Nicolás Maduro hace intentos por afiatar en su discurso su liderazgo ante unas eventuales elecciones anticipadas. Fue el propio Chávez quien el 9 de diciembre pasado lo nombró como su sucesor.
“Nicolás Maduro no sólo debe concluir el período como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, irrevocable y absoluta, es que en ese escenario, que obligaría a convocar elecciones, ustedes (venezolanos) elijan a Nicolás Maduro como presidente”, afirmó el ahora convaleciente gobernante.
A partir de entonces, el vicepresidente ha recibido, por ejemplo, importantes poderes económicos, como la posibilidad de decretar créditos adicionales al presupuesto o expropiar bienes. Pese a ello, Maduro ha negado tener aspiraciones a la jefatura de Estado debido al debilitamiento de la salud del gobernante al enfatizar que piensa “en Chávez como el presidente”.
Ante la incertidumbre sobre quién asumirá las riendas de Venezuela en caso de que el gobernante no juramente el próximo 10 de enero, Maduro ha reiterado que dicha ceremonia es un formalismo y que Chávez seguirá siendo el presidente. Sin embargo, la oposición insiste en que debe ser Diosdado Cabello quien asuma y no Maduro.
En ese escenario, “para el chavismo es fundamental que si Maduro es candidato en una elección presidencial por la salida de Chávez, lo haga desde la posición de jefe de Estado o de una posición ventajosa, de aura de poder y de control de todas las instituciones”, dijo a la agencia France Presse el analista político Luis Vicente León.
En tanto, la periodista y columnista venezolana Luz Mely Reyes, explicó que el vicepresidente “está tratando de dejar claro que hay un testamento político dictado por el presidente y que él es el heredero (…) porque necesita que se le reconozca como tal”. Advirtió, asimismo, sobre lo complejo que puede ser la decisión del heredero político del presidente el permanecer en el cargo más allá del 10 de enero sin la toma de poder de Chávez. Aquello sería “un reto para la gobernabilidad”, afirmó Reyes.
En la misma línea, el politólogo Farith Fraija dijo al diario venezolano Ultimas Noticias que la gobernabilidad del país recaerá tanto en manos de la Asamblea Nacional -que lidera Diosdado Cabello- como en las del del Tribunal Supremo de Venezuela, que hasta ahora no se ha pronunciado sobre la materia.