Marco Rubio: ¿alguien peor que Donald Trump?

Detrás de la carita de niño bonito de Marco Rubio se esconde un verdadero monstruo.

Parece difícil encontrar a alguien peor que Donald J Trump, más hipócrita, más cínico, más manipulador, más mentiroso e, incluso, más soberbio… pero existe, su nombre es Marco Rubio y es senador por la Florida.

Marco Rubio, uno de los candidatos por el partido republicano para competir por la presidencia de Estados Unidos, es el hijo de dos inmigrantes cubanos que llegaron a Estados Unidos persiguiendo sus sueños en 1956. Sin embargo, se comporta más bien como uno de esos hijos de los blancos extremistas ‘gringos’ que se rapa el cabello, se esconde en las esquinas y patea a personas indefensas en las calles oscuras y solitarias simplemente por el hecho de ser diferentes a él.

Marco es el segundo hijo de Mario Rubio y Oria García, nacido el 28 de mayo del 1971, casado con colombiana, electo senador en el 2000 y 2010 y el candidato favorito del ‘Tea Party’; movimiento anti-hispano, anti-negros, anti-pobres, anti-musulmanes y, en general, anti-cualquier cosa que no piense como ellos.

Pero Rubio no es únicamente anti-latino, también es traidor, hipócrita, cínico, manipulador y mentiroso.

Traidor porque se opone visceralmente a los justos anhelos de legalización de su raza: la latina; doce millones de personas atrapadas en una sociedad que las explota, se lucra de su esfuerzo y, luego, las desecha como a animales. Personas que como los padres de Rubio llegaron a Estados Unidos a perseguir sus sueños, personas que empeñaron sus vidas en educar a sus hijos y crear para ellos mejores oportunidades, tal vez con el sueño de algún día, entre otras cosas, ser ayudados por esos hijos.

Hipócrita porque reconoce sin vergüenza alguna que a pesar de haber visto los vídeos de los niños de Siria siendo atacados y roseados por gases de destrucción masiva por su propio presidente, el dictador Bashar al-Ásad, de haber llegado casi a las lágrimas y de haberse deprimido votó en contra de la propuesta del Presidente Obama para atacar al opresor y liberar a esos pequeños.

Cínico porque y frente a la pregunta de una preocupada estudiante por el valor de sus estudios y el monto de su deuda le sugiere sin una pisca de decencia: “encontrar otro financiador, evaluar si su profesión es adecuada para el mercado, buscar un inversor u optar por apoyar una de sus ‘brillantes ideas’ y consistente en conseguir que por ley se reconozca la experiencia como una forma de evadir el estudio formal”, en otras palabras, sugerirle que deje de estudiar.

Manipulador porque le echa la culpa a la gente pobre de su pobreza y le quita –al igual que lo hizo el equivocado Kennedy en su famoso discurso- la responsabilidad que le cabe al estado de tomar medidas para que todos los ciudadanos tengan las condiciones para salir adelante. “Un candidato que se aprende un discurso de 25 segundos y luego lo repite y pienso que eso es suficiente” tal y como se lo hizo saber en debate anterior Chris Christie, actual gobernador de New Jersey.

Y mentiroso, muy mentiroso, cuando habla de cómo y por qué cosas votó en el Senado. Y eso se lo han hecho saber públicamente sus rivales y algunos periodistas serios que sabiendo como procede el candidato llevan consigo videos de sus actuaciones anteriores para contrastar frente a él cada una de sus respuestas.

En síntesis y haciendo un análisis cuidadoso, Marco Rubio es, sin duda, varias veces peor que Donald J Trump; más traidor, más hipócrita, más cínico, más manipulador, más mentiroso y tal vez, solo tal vez, más soberbio, solo que con menos dinero para presumir.

*El anterior perfil es una opinión del columnista