La polémica que se ha levantado tras el secuestro del General Rubén Darío Alzate, una vez más pone en tela de juicio la seguridad de los territorios en el país, por cuenta de la presencia de los grupos armados al margen de la ley. OPINIÓN
La polémica que se ha levantado tras el secuestro del General Rubén Darío Alzate, una vez más pone en tela de juicio la seguridad de los territorios en el país, por cuenta de la presencia de los grupos armados al margen de la ley.
El solo hecho de ser secuestrado deja la sensación de que las Farc no están tan acabadas como se viene diciendo desde el gobierno Uribe, y que no se les ha combatido lo suficiente como se asegura en el gobierno Santos.
El Frente 34 de las Farc que opera en el Chocó, no se conformó la semana pasada, viene operando desde años atrás, puede estar debilitado como lo asegura la Fundación Paz y Reconciliación, pero está aún vivo. Participa de la minería ilegal y la minería criminal en la zona. ¿Qué ha hecho entonces el gobierno Santos para perseguirlo?. Por lo visto no lo suficiente, porque sin querer o con intención atrapó un pez gordo que le da al grupo armado, la fortaleza necesaria para imponer condiciones en los diálogos de la Habana o para dilatarlos si se les antoja.
Pero más allá del secuestro del General Alzate, lo que se evidencia es el descuido en el que se encuentran las regiones del país, y que deja al descubierto, que el grupo ilegal ha continuado con esta práctica, y que no le va a abandonar por más que lo prometa, porque conoce muy bien los enormes dividendos que les deja, así la opinión pública los desprecie por estos hechos.
Ante esto vale la pena hacerse varias preguntas, una de ellas, si luego de que se dé el rescate del general Alzate, las comunidades en el departamento del Chocó, volverán a estar como antes, es decir en el abandono total y expuestas a los vejámenes de los grupos armados al margen de la ley, como las Farc por ejemplo. Si una vez más el Estado, va a dejar la demostrar que solo le interesa la vida de una persona, y que el resto de colombianos, por importantes que sean en número le vale un pimiento.
Nadie puede desconocer que en las últimas semanas, las Farc han dado muestras que no son precisamente un catarro que molesta y no hace daño, y lo peor, que no todos sus miembros les gusta la idea de la paz. Es por esto último que surge la duda de, cómo es posible que el grupo armado sea capaz de sitiar al municipio de Chaparral con busetas cargadas de explosivos, justamente en momentos en que organizaciones de la sociedad civil celebraban un encuentro regional para la paz en esa población, y la respuesta militar no se haya dado de manera inmediata. ¿Es esta la mejor demostración de que las Farc quieren la paz?
Si a lo anterior le agregamos los indígenas asesinados por el grupo armado, fácilmente podemos concluir que las Farc aún tienen como seguir delinquiendo y que el Estado como tal, pareciera no combatirles con la rudeza y la misma firmeza con que lo venía haciendo hasta cuando se dio la baja de Alfonso Cano, y si no es así, pregunto entonces, ¿por qué no se ha capturado o no se ha dado de baja a ‘Timochenko’? Que no me vengan a decir ahora, que es porque el jefe guerrillero se encuentra en Venezuela, porque bien se puede acudir a los mecanismos de cooperación internacional para dar con este delincuente.
Ojalá que este despliegue militar en el Chocó que se hace para liberar al general Alzate, se mantenga no solo en la zona de los hechos, sino que se amplíe a los demás territorios que en Colombia, se encuentran sin mayor control. Donde sus habitantes están sitiados por los grupos armados al margen de la ley, en este caso las Farc, que vuelvo y digo, no son precisamente un catarro que molesta y no hace daño.
Cambiando de Tema, Por más ciertas que sean las declaraciones de Manuel Sánchez, en las que asegura que se orquestó un complot contra el modelo de basuras del alcalde Petro en Bogotá, los nefastos resultados que mostró el esquema de recolección por la manera tan improvisada como se ejecutó en sus inicios, se iban a presentar, así el supuesto boicoteo no se hubiese logrado.