El Mercedes Benz 180 se presentó al mercado en 1953, para complementar la oferta de la casa alemana que necesitaba ampliar su portafolio, en el cual sobresalía el 170 con un diseño concebido antes de la Segunda Guerra Mundial que ya resultaba poco atractivo para los compradores de sus modelos básicos. Además ya se vislumbraba una recuperación económica global, que permitía ofrecer autos modernos para cada vez un número mayor de clientes ávidos de vehículos con diseño novedoso.
El 180, conocido también como Pontón, fabricado entre los años de 1953 y 1957 utilizaba el mismo motor del 170 S, un cuatro cilindros, con culata plana (Válvulas en el bloque), de 1.767 C .C, que producía 52 HP/ 4.000 rpm y un torque de 11.4 Kgm/ 1.800, acoplado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades accionada desde la columna de dirección.
Entre 1958 y 1962 se utilizó un propulsor más potente de 1.897 c.c, que ya montaba válvulas en la culata, producía 65 HP/4.500 rpm y un torque de 13 Kgm/ 2.200 rpm. Adicionalmente existieron dos versiones dotadas de motor Diesel, la primera de cuatro cilindros, 1.767 c.c, con una potencia de 40 HP/ 3.200 rpm y un torque de 10.3 Kgm/ 2.000 rpm, también procedente del 170 Db. Además de una segunda opción disponible a partir de 1961 y que se conservó hasta el año siguiente en que se dejó de fabricar la serie 180, que ofrecía un motor más potente, con cuatro cilindros en línea, 1.988 c.c, pero una potencia aumentada a 48 HP/ 3.800 rpm y un torque también mayor de 11 Kgm/ 2.200 rpm.
Estas versiones alimentadas por a.c.p.m resultaban las preferidas, en los autos utilizados como taxis, no sólo en Europa sino en el mundo entero, por su bajo consumo y gran duración. El Mercedes 180 b, que tuvimos el gusto de conducir, impacta por el esmerado trato que ha recibido a lo largo de sus 55 años de vida, lo que ha permitido que permanezca en un estado muy cercano al de su ya lejana juventud. Conserva el óptimo ajuste de la carrocería y de sus componentes, un rasgo de la marca. Además la rigidez torsional de su habitáculo monocasco permite disfrutar de un cierre de puertas exacto, preciso y muy silencioso.
Sus líneas son sencillas, muy limpias y sobrias, en las que no sobra ni falta nada. Su frontal dominado por la tradicional parrilla de la marca, en la que se erige dominante la estrella de tres puntas que identifica al fabricante teutón, es un poco más ancha que en los modelos 180 fabricados entre 1953 y 1957. Únicamente se le agregaron unas luces exploradoras que no alteran el armónico conjunto y por el contrario lo enriquecen.
Una vez adentro, una única y mullida silla tapizada en cuero sintético rojo nos acoge. Un timón de grandes dimensiones contiene el aro que activa la bocina desde un aro central nos permite manipular con sorprendente suavidad el sistema de dirección, que usa bolas recirculantes y que carece de sistema de asistencia. En la columna de dirección hallamos la palanca de los cambios, la cual es sorprendentemente suave y precisa, al igual que la palanquita de accionamiento de las direccionales.
El panel de instrumentos es sobrio y completo, en él recibimos información permanente sobre la presión del aceite, la temperatura del motor, la cantidad de combustible y el funcionamiento del sistema de carga del vehículo cuyo corazón es una dínamo. El panel es recorrido de lado a lado por un bocel en madera, el velocímetro es generoso y en el centro del panel cuenta con un reloj. También se dispone de un sistema de ventilación-calefacción para la cabina. La insonorización es sobresalientes y la ventilación de la cabina bastante buena, ya que cuenta con vidrios cortavientos. La suma de estos dos aspectos, nos garantiza un viaje placentero.
En aspectos mecánicos, el motor de cuatro cilindros responde con gran voluntad al más mínimo toque del acelerador, y sus 65 HP parecen más. Esta característica es el resultado de una buena selección de relaciones de caja y final de eje, que aprovechan el torque del motor, para permitirnos un rodar sobresaliente, en ascensos o cuando tomamos curvas a baja velocidad en tercera marcha, en un automóvil que pesa 1.210 kilogramos vacío. La caja de cambios, con todas sus marchas sincronizadas se acciona desde un preciso control de cambios ubicado en la columna de dirección.
El sistema de frenos se basa en una bomba de frenos sencilla, con bandas en las cuatro ruedas, sobresaliendo la parte delantera, en donde hallamos dos cilindros por rueda (Uno en la parte superior y otro en la inferior). La suspensión independiente adelante con espirales, no sólo ofrece suavidad, sino que además por su estudiada geometría permite un desplazamiento preciso del vehículo sin importar la velocidad. Atrás está el tradicional housing con ejes independientes y espirales que tan buenos resultados en cuanto a estabilidad y suavidad ofrece en los Mercedes Benz de esta época.