Es necesario hacer una radiografía del México que hoy es protagonista en las noticias por las autodefensas de Michoacán, pero que también vive un momento de cambios que de consolidarse, lo ponen en el camino de seguir como el gigante de la región. Columna de Jaime Polanco.*
Desde hace años vivimos acongojados leyendo en las páginas de los periódicos o en los noticieros de televisión la escalada de violencia que asola algunos lugares del gigante norteamericano. Violencia que ha tomado las calles y ha acabado con la normalidad de la sociedad civil hasta el extremo de la creación como en otros países de la región de autodefensas para suplir la falta de presencia del Estado en sus territorios. Realidad de hoy que siendo grave terminará teniendo solución mediante la combinación de decisiones políticas y policiales.
La creación de un cuerpo nacional de policía, que ayudado por un potente centro de inteligencia y la firmeza política en no ceder al chantaje de estas bandas criminales, con políticas a medio y largo plazo en materia de educación e inclusión social, ayuden a disminuir las grandes diferencias sociales, harán que la violencia vaya agotando sus posibilidades de éxito.
Pero es que México hoy es mucho más que una sucesión de malas noticias. La calamitosa política desarrollada en los últimos sexenios ha dejado paso al gobierno del Presidente Peña Nieto quien con conocimiento de los errores del pasado ha dibujado un futuro valiente y prometedor no exento de dificultades para alcanzarlo.
En su discurso de investidura ya esbozó las líneas maestras que llevaría su política de cambio y así lo confirmó con la firma al día siguiente del Pacto por México con los dos partidos de la oposición PAN y PRD. La herencia en materia económica dejada por gobierno Calderón era suficiente para afrontar las reformas necesarias para modernizar el Estado.
Claro que no todo ha sido como esperaban los gurúes del nuevo gobierno. La economía ha desacelerado dramáticamente hasta situarse en una previsión del 1.6% viniendo del 3.9% en el año anterior, la inflación aunque alta se mantiene con pequeñas variables, en un 3.7% la apreciación del dólar en la última parte de año pasado no ayudó a las finanzas y la tradicional aportación de recursos del sector energético tampoco.
Sin embargo la creación de empleo crece de manera sostenible y todo parece indicar que la recuperación del vecino del norte jalará la economía mexicana hasta llevarla este año a un nada despreciable crecimiento del 3.4%.
Pero lo más importante que esta pasando en el país son las reformas que con mano izquierda está llevando a cabo el Presidente Peña Nieto. La reforma de la educación, que da mas alas a la formación y profesionalización de los maestros, la mejor evaluación
de los alumnos, las inversiones en infraestructuras educativas, serán la clave para el desarrollo de la nada satisfactoria radiografía educativa actual como corroboró el último informe PISA .
La reforma fiscal, que ayudará a recaudar unos impuestos más justos y socialmente mas equitativos, que ampliará por fin, el número de contribuyentes acercará a México a ratios de países en su entorno de la OCDE. Esta mejora en los ingresos fiscales del país y la rápida aprobación del presupuesto para este año, hacen pensar que las inversiones en infraestructuras y modernización del Estado comenzarán pronto y ayudarán a jalar la adormilada clase empresarial quizás un poco desilusionada con este comienzo.
Las telecomunicaciones y los medios de comunicación también han sido tocados por la mano del nuevo gobierno, que oyendo reclamos de diferentes sectores de la sociedad e incluso de gobiernos del entorno han decidido abrir un mercado que estaba en manos de unos pocos. La liberalización del sector de las teléfonos con toda seguridad aumentará la competencia entre los operadores que entren a jugar y redundará en una mejora en la oferta de servicios y el precio que se paga por estos.
La convocatoria de dos nuevos canales de televisión contribuirá sin duda a una mayor pluralidad informativa y a una mejora en la oferta de entretenimiento para la sociedad, siempre que se cumplan los deseos de que los nuevos operadores no sean los mismos grupos económicos de siempre.
Con todo y esto, la más esperada y lógicamente la mas controversial, es la reforma energética, que con toda seguridad hará que un sector vital para el país y la empresa estatal PEMEX, sean claves para el desarrollo industrial y económico del nuevo México.
Hay todo tipo de reproches y reclamos por parte de la sociedad y de la oposición, pero esta reforma totalmente necesaria abrirá el futuro de la empresa estatal a una inversión extranjera que con seguridad ayudará a la explotación de nuevas fuentes de energía petrolera y gasista y entonces contribuirá a mejorar los procesos tecnológicos de extracción, los sistemas de gestión y comercialización, hoy obsoletos por la falta de inversión y planificación a largo plazo y sobre todo harán que los oscuros procesos de contratación sean más transparentes y democráticos.
Estas reformas y otras que vendrán, acompañadas de planes de futuro para el desarrollo de sectores claves como el turismo, que decisivamente tiene que ser el segundo motor de la economía del país, con un potencial de crecimiento exponencial, y con una capacidad de manejar recursos para la mejora de infraestructuras turísticas y hoteleras, la decidida apuesta por la innovación y el desarrollo en tecnología, la recuperación de la iniciativa en política exterior olvidada por los sexenios anteriores, harán que México empiece a recuperar ese liderazgo regional que perdió en años anteriores en beneficio del otro gigante como es Brasil.
*Economista. Presidente de ConfidencialColombia.