Mi querida Bogotá

MI QUERIDA BOGOTÁ: Por Edwar Bohorquez, Publicista

No hay cosa que se quiera más que los recuerdos de la niñez. Las aventuras que vivíamos, los amigos con los que jugábamos, las reuniones familiares en donde siempre teníamos una anécdota para recordar y muchas historias más. Pero sin ninguna duda lo que más recuerdos me trae y me llena de mucha emoción, era llegar al día domingo. Día en cual se disfruta de esta bella ciudad, de todo lo que nos tenía preparado y que queríamos hacer, conocer y disfrutar.

Mi domingo en Bogotá empezaba muy temprano, pues mientras mi familia se arreglaba para salir a misa de ocho de la mañana a la iglesia del Divino Niño Jesús en el barrio 20 de Julio, yo ya estaba listo y viendo el programa del canal caracol “El Club 10” y a unos personajes muy famosos que aún se pueden ver en la pantalla, ‘Dinodor’o, ‘Aurelio’ y ‘Mery Moon’.

Al llegar a la iglesia solo podía pensar en lo que nos tenía preparado la ciudad, a dónde iríamos y qué de nuevo conoceríamos; o tal vez nos reuniríamos como era de costumbre con tíos, primos y amigos en el parque de la Once Sur. En donde el ritual era que los adultos jugaban baloncesto mientras se saludaban y hablaban de sus cosas, y nosotros los más pequeños nos reuníamos e inventamos algunos juegos nuevos, corríamos, saltábamos y conocíamos más niños que se reunían en este mismo parque.

Otros días salíamos en busca de planes que nos sacaran de esa rutina, pues Bogotá tiene muchas opciones para las familias. Como ir a un centro comercial; en ese entonces el pionero era Salitre Plaza y como no recordarlo si su ambiente era totalmente familiar y digno de los bogotanos. Muy cerca de allí se encontraba también el Parque Simón Bolívar que se ponía muy de moda en el mes de agosto pues llegan los vientos y con ellos llegaban las cometas. Allí las familias comían, acampaban, jugaban, compartían y se llevaban muy buenos recuerdos de este lugar.

Visitar los museos, El Jardín Botánico, La Candelaria y otros lugares culturales que nos enseñaban cosas que de niños nos parecían maravillosas, también estaban en nuestros planes de domingo, pues era conocer un poco de la historia de nuestra ciudad y así sentirnos más orgullosos de ser bogotanos.

Como el orgullo que nos daba ver hacia el oriente y observar un de los lugares más representativos de nuestro país el Cerro de Monserrate, ese lugar que todo visitante quiere conocer de nuestra querida Bogotá, tanto como personas de otras ciudades, como extranjeros que en ese entonces venían en busca de aventuras y que por ende cada bogotano debía conocer.

Y es así como recuerdo mi niñez en esta ciudad que siempre me ha llenado de orgullo y que cada vez lo hace aún más, pues al ver el presente hay mucho más lugares que conocer, nuevos proyectos, nuevos sitios, nuevos parques, más eventos, más fiestas y lo más importante más familias que se sienten orgullosas de estar en el calor bogotano y que han escogido de esta ciudad el hogar perfecto.

Gracias Bogotá