La historia de Miguel Borja ha dado un vuelco tremendo en tan solo un año. El delantero pasó de salir por la puerta de atrás de Santa Fe en el pasado mes de enero a convertirse en una de las referencias del fútbol sudamericano, objetivo de grandes de Europa.
Las vueltas que da la vida. Nada es fijo en el fútbol. Miguel Ángel Borja es el vivo ejemplo. El delantero disfruta de un momento dorado como una de las grandes figuras de Sudamérica. Auténtico referente de Nacional, no se asoma en el panorama un delantero de su nivel en estos momentos. Pero el cordobés no tuvo precisamente un camino de rosas.
Siempre se tuvo grandes esperanzas puestas en el talento del jugador. Santa Fe fue el equipo que más fuerte apostó en su momento por el delantero. Tras varios años dando tumbos de un equipo a otro, Borja no terminaba de confirmar la progresión que se esperaba. Hasta que llegó al conjunto albirrojo. En Santa Fe, el talento de Borja estalló. Sus diez goles en el 2015 fueron el primer aviso del gran jugador que atesoraba dentro.
Todo parecía un idilio entre club y jugador hasta que se torcieron la cosas. Tras las semanas de receso que se le concedió a la plantilla al finalizar la temporada faltaba uno. Miguel Borja se presentó tarde al inicio de la temporada. La culpa, unas negociaciones con un equipo argentino que no terminaron de fructificar. A su regreso, tardío, Gerardo Pelusso no tuvo problemas para fulminarlo del plantel. Si no los tuvo con Omar, menos con Borja. La situación llegó a un momento crítico cuando finalmente Borja se quedó sin equipo. Conservaba su contrato aún con Santa Fe pero solo circunstancialmente, no estaba inscrito para la competición. Ahí apareció el presidente Pastrana, gran mediador en estos casos, para intentar enderezar el camino de Borja. Con sentimiento paterno, le instó a tomar rumbo a Cortuluá donde podría disfrutar de los minutos suficientes para volver en las mejores condiciones.
Al presidente no le faltó ojo para este asunto. La decisión terminó por ser un éxito. Borja reventó en Cortuluá con sus 19 goles que lo convirtieron en el goleador de la Liga. Pasó de ser un desahuciado a ser el objetivo de cualquier equipo en Sudamérica. Pero el gran consejo que le dio Pastrana se volvió en contra de Santa Fe. Al finalizar la campaña a Borja le llovieron las ofertas. Los albirrojos ya no estaban en condiciones de luchar. No pudieron hacer nada frente a los millones de Nacional. El resto del camino todos lo conocemos. Borja ha superado con creces todo lo que se esperaba de él. Es la auténtica figura del fútbol sudamericano, su máximo representante. No extraña ahora que varios de los grandes de Europa se hayan interesado por él. Su migración al fútbol del Viejo continente es solo cuestión de tiempo. En Italia no le quitan el ojo.