Mujeres de las Farc, protagonistas

Las mujeres de las Farc llegaron a la negociación. Este miércoles, 10 guerrilleras encabezaron la delegación del grupo insurgente y una de ellas leyó un comunicado en el que de denuncia amenazas y presiones por parte del ejército a familiares de miembros del bloque Occidental.

Varios sectores del país dejaron ver su preocupación cuando el gobierno dio a conocer los miembros de la comisión negociadora para el proceso de diálogo con la guerrilla de las Farc. Seis hombres escogidos para representar los intereses nacionales en el diálogo. Ninguna mujer.

Aunque dos funcionarias, Lucía Jaramillo y Elena Amborsi hacen parte de la fase exploratoria de la negociación, los acercamientos formales no tienen estas mujeres de las Farc, interlocutoras en el proceso.

Campesinos, estudiantes, trabajadoras y víctimas de la violencia en el país han exigido la participación protagónica de las mujeres en el proceso y hasta han candidatizado a algunas líderes para que puedan participar en la mesa. Clara Rojas y Piedad Córdoba han sido propuestas.

Las Farc, por su parte, también se la jugó por personajes masculinos e históricos dentro de la organización para representarla en el diálogo. Bajo la dirección de ‘Iván Márquez’, la guerrilla también decidió dejar por fuera del círculo primarios de las negociaciones a las mujeres.

Sin embargo, el grupo insurgente decidió este miércoles llegar con un grupo de mujeres que fueron las encargadas de dar a conocer un comunicado en el que denuncian que miembros del ejército están amenazando a familiares de guerrilleros para que den información sobre Francisco González, comandante del bloque Occidental de las Farc.

Entre vivas y detrás del jefe negociador, las mujeres de las Farc llegaron al ya habitual lugar de interacción con la prensa. Con el letrero de Diálogos de paz de fondo, ‘Márquez’ afirmó que están trabando duro, que quieren la fórmula de paz en Colombia a través de la verdad y presentó a Viviana Hernández, quien leería el comunicado.

Apareció una mujer blanca, de gafas. Llevaba puesta una camiseta con la foto de Manuel Marulanda Vélez y una gorra que decía “Simón Trinidad presente”. Tomó el micrófono y con la misma fuerza con la que hablaría cualquier hombre emblemático de la organización se dirigió al mundo.

Habló del “Estado policivo”, de las “artimañas” que utiliza el establecimiento para perseguir a los guerrilleros, amparadas en la “lucha antisubversiva”. Denunció explícitamente las amenazas que han sufrido familiares de guerrilleros por parte de “hombres de la policía vestidos de civil” para obtener información.

Viviana estuvo acompañada por nueve mujeres, entre las que se encontraban las compañeras de algunos de los negociadores de las Farc. Al fondo, ‘Andrés París’ observaba atento las palabras de la vocera mientras sus compañeros ingresaban al salón.

Detrás de ‘Sandra Ramírez’ la viuda de Marulanda, aparecía la figura de Tanja Nijmeijer, la guerrillera holandesa que se ha convertido en todo un símbolo del conficto y de este proceso. Esquiva, se refugió detrás de la insurgente y nunca se despegó de ella.

“Tanja, un mensaje por favor”, gritó algún periodista internacional. Ella ni siquiera volteó a mirar y siguió escuchando las palabras de su compañera.

Las mujeres enviaron a través de su ropa y los documentos que portaban diferentes mensajes. “Solo habrá paz cuando se instaure la justicia social” decía la camiseta de una de las guerrilleras, que también llevaba los nombres de Lucero Palmera, Mariana Páez y Stella, las “heroínas de la paz”.

También hubo espacio en sus prendas para mensajes e imágenes de ‘Raúl Reyes’ y ‘Alfonso Cano’.

Tras varios minutos de discurso, Viviana Hernández concluyó la lectura del comunicado y una de las acompañantes, una mujer crespa que portaba un cachucha y llevaba consigo un inmemorian de Lucero Palmera, la esposa del detenido ‘Simón Trinidad’, gritó “que vivan las mujeres guerrilleras de las Farc-Ep”.

Con estas palabras, entraron al salón y establecieron la primera aparición real de las mujeres en el proceso de paz.