El misterio rodea la segunda salida a subasta del mural callejero del artista británico Banksy que desapareció el pasado febrero del barrio londinense de Wood Green, sin que hasta ahora se sepa quién lo sacó de la pared.
El mural, que muestra a un niño de un país en vías de desarrollo cosiendo banderas británicas, apareció por primera vez en el catálogo de una subasta en Miami (EE.UU.) pocas semanas después de su desaparición.
Sin embargo, el trabajo debió ser retirado pocas horas antes de la puja a raíz de las protestas de los vecinos de Wood Green, que consideraban era regalo del grafitero a la comunidad.
Sin embargo, después de meses del misterio sobre cómo y quién sacó el mural de la pared y lo llevó a Estados Unidos, el trabajo de Banksy ha aparecido otra vez en Londres, donde ha sido puesto a subasta por la casa Sincura Group, según informa hoy la cadena BBC.
El mural salió a la venta el pasado domingo a un precio mínimo de 900.000 libras (1.054.000 euros/1.373.000 dólares), pero Sincura aún debe anunciar el resultado de la puja y si alguien lo ha comprado.
La obra ha sido ligeramente restaurada y, si no alcanzaba el precio de salida, será vendida a un coleccionista en EE.UU., según Secura, que no quiso aportar más detalles.
El trabajo de este famoso grafitero, cuya verdadera identidad es un misterio, apareció por primera vez en una pared del barrio de Wood Green, al norte de Londres, en mayo de 2012, antes de las celebraciones oficiales por los 60 años del reinado de Isabel II.
Con motivo del debate que su retirada ha provocado entre los vecinos de Wood Green, la diputada de esta circunscripción, Lynn Featherstone, ha pedido a los que tienen el mural que lo devuelvan a los residentes del lugar.
“Habéis privado a la comunidad de un activo que nos fue dado gratuitamente y que ha realzado una zona que lo necesitaba”, dijo Featherstone a la prensa al enviar un mensaje directo a los dueños.
El mural de Banksy, quien trabaja en el anonimato y no suele reconocer sus obras, había aparecido en febrero en el catálogo de la casa Fine Art Auctions en Miami, que negó que la obra procediera de un robo, pero semanas después lo retiró de subasta. Pero es aún un misterio sobre cómo este mural, de 122 por 152 centímetros, volvió al Reino Unido.