En una conmovedora ceremonia, el próximo papa emérito Benedicto XVI, se despidió de sus cardenales manifestando “”Prometo respeto incondicional y obediencia al nuevo papa”, ante los purpurados que se despidieron de él en el Vaticano.
“Entre vosotros está el futuro papa, al que prometo mi respeto incondicional y obediencia. Continuaré rezando, especialmente en estos días (del cónclave)”, afirmó Benedicto XVI, al que se le vio sereno, sonriente y relajado, en el discurso de despedida a los cardenales de la curia y a los venidos a Roma para participar en el próximo cónclave que elegirá a su sucesor.
Al encuentro, llevado a cabo en la Sala Clementina del Vaticano acudieron un centenar de cardenales, entre ellos Angelo Sodano que abrió la ceremonia dirigiendo unas palabras a la congregación de purpurados. Este es el único acto, de carácter privado, previsto para hoy por Benedicto XVI en su último día de pontificado.
En sus palabras, Benedicto XVI mencionó que la Iglesia es, “un ente vivo” que se transforma y que nunca permanece igual. “Es un cuerpo vivo, animado por el Espiritú Santo” mencionó el próximo Papa emerito.
Tras el almuerzo, Benedicto XVI abandonará el Palacio Pontificio del Vaticano y se trasladará a la villa Pontificia de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, donde se alojará hasta que estén acabadas las obras de restauración del convento de monjas de clausura existente dentro del Vaticano, donde vivirá.