Tiene millones de lectores en más de treinta países. La adaptación al cine de La delicadeza (Seix Barral, 2010) protagonizada por Audrey Tautou terminó de convertirlo en un best-seller. De visita en Colombia para asistir a la IX edición del ‘Hay Festival’ y presentar su más reciente novela titulada ‘Lennon’ (Alfaguara) el francés David Foenkinos habla en Confidencial Colombia sobre sus personajes.
David Foenkinos nació en París en 1974. Licenciado en Letras por la Universidad de la Sorbona, recibió también una sólida formación como músico de jazz. Entre sus novelas, acogidas con entusiasmo por los lectores y la crítica en todo el mundo, destacan El potencial erótico de mi mujer (Premio Roger-Nimier 2004), En caso de felicidad (2004), Los recuerdos (2011), Estoy mucho mejor (2013) y, sobre todo, La delicadeza (2009), merecedora de diez galardones, entre ellos el de los Lectores de Le Télégramme, el An Avel o el 7ème Art, esta obra fue finalista de los premios literarios más prestigiosos en Francia, como el Goncourt, el Renaudot, el Médicis, el Fémina o el Interallié; fue publicada en más de treinta países y posteriormente fue llevada al cine por el propio autor y su hermano Stéphane.
Foenkinos, melómano y fan incondicional de John Lennon, decidió publicar esta singular biografía novelada en la que se propone dejar de lado al mito y retratar al hombre.
Confidencial Colombia: ¿Cómo le fue en el ‘hay festival’?
David Foenkinos: Era mi primera vez aquí en Colombia y la verdad, me pareció maravilloso. Salimos bastante de rumba, escuchamos mucha salsa, Carlos Vives… y en paralelo, tuve la oportunidad de encontrarme con mucha gente, muchos escritores, fue muy enriquecedor.
C.C: Ahora sí hablando de su obra, empecemos con ‘Estoy mucho mejor’, ¿hasta qué punto estamos condenados a seguir la dictadura del corazón?
D.F: Es más la dictadura del cuerpo. Yo diría que hasta en la ‘Delicadeza’, en mis libros predomina el cuerpo sobre el corazón. En ‘Estoy mucho mejor’, es la historia de un ser que ya no puede cargar con su vida, entonces el dolor que siente, es un dolor en la espalda, un dolor en el cuerpo. Uno tiene que escuchar a su cuerpo. Es un tema que vuelve a aparecer frecuentemente en mis libros.
C.C: Sin embargo los otros personajes se enfrentan a situaciones que ponen su vida en peligro, ¿por qué elegir un dolor de espalda?
D.F: Se enfrentó a la enfermedad y entonces así él tiene la obligación de reaccionar. Lo que me interesaba saber que el personaje a lo mejor tenía la solución a este problema en su propia vida y lo que tenía que hacer era indagar para hallar la solución a este problema, es como la novela negra del cuerpo.
C.C: ¿Cree que somatizamos los problemas en dolores físicos?
D.F: La verdad sí, es el tema del libro. La gente en general se queda con muchísimas cosas que no es capaz de expresar o solucionar, así que hay cosas que quedan ocultas. En el libro, en la manera como el autor va a tratar de arreglar las cosas, radica la comicidad del mismo, porque de cierto modo hace todo, pero de manera alocada. Por un lado, por los papás, con los niños, con el trabajo… por todo lado intenta encontrar la solución a este problema, y el culpable ideal, el idóneo, es la vida laboral. Entonces es como la primera etapa de investigación y se da cuenta que lo oprime un colega suyo y lo va a moler a golpes para intentar liberarse. El consejo es que si a uno le duele la espalda, es mejor mirar alrededor suyo a ver si encuentra el culpable.
C.C: ¿Es el humor como arma literaria para profundizar en los problemas personales?
D.F: Es una pregunta muy acertada porque creo que con el humor uno puede desarrollar cosas muy profundas y el humor va mucho más allá del carácter ligero que la gente le da, y a lo mejor es una manera muy educada de ir hasta lo más hondo de uno.
C.C: ¿Hay una distancia entre la ficción y la realidad? ¿Cuánto de biografía hay en sus novelas?
D.F: No he molido a golpes a nadie (risas). Esa es una pregunta bastante compleja porque cuando escribo novelas invento a personajes, en realidad en los hechos no tanto, pero en los personajes hay cositas personales… y hasta el momento no me ha dolido la espalda.
C.C: Hablando de ‘La Delicadeza’, que es su obra cumbre, recuerdo que Francoise Sagan, decía que le molestaba que la relacionaran con su libro más exitoso, ¿le pasa a usted lo mismo?
D.F: Bueno no es un libro tan importante como el libro de Francoise Sagan, Buenos días tristeza, pero la verdad es un privilegio para uno haber tenido un éxito tan importante con una de sus obras. A veces cuando me encuentro con gente me dice: ‘yo leí su libro’ y eso es muy chistoso porque he publicado 14 libros y sólo me hablan de uno, de la ‘Delicadeza’.
C.C.: Hablando precisamente de la delicadeza, que fue llevada al cine. ¿En esta traducción de lenguajes, del literario al cinematográfico, se pierde la esencia del libro?
D.F.: No se trata de hacer un copy paste del libro porque uno nunca va a encontrar al libro en sí en una película, es más un trabajo de reinterpretación del libro y no hay que compararlo todo el tiempo.
La película me dio la posibilidad inventar más escenas, nuevas escenas y pequeñas historias pero la adaptación cinematográfica no puede llegar a la misma viveza o finura de la novela.
C.C. Hablando de Lenon, su última publicación, ¿cómo consigue que cuando el lector tiene el libro sienta que es precisamente Lenon el que está hablando sin que sea un personaje acartonado o ficticio?
D.F.: La verdad me da mucho gusta que digas esto porque he estudiado y he trabajado largos años en la manera como hablaba Lenon, el fraseo que tenia, la manera como precisamente expresaba las cosas.
Y por eso no es un documental sino una obra literaria. Lo que me interesaba era tratar de encontrar su propia voz, la parte emocional de lo que había vivido él. Poder transcribirla era lo más interesante del libro
C.C.: Para poder encontrar el tono de Lenon, ¿Tuvo que modificar su manera de escribir en comparación a los libros anteriores?
D.F.: Por supuesto, es un libro totalmente distinto a todos los demás. Tuve que cambiar mi manera de ver las cosas, de escribir y meterme en el pellejo de Lenon. Es paradójico que parezca al mismo tiempo, me da la sensación de haber puesto cositas personales en este libro.
C.C.: ¿Se siente cómodo con el resultado de Lenon, qué significo este reto?
D.F.: Estoy muy feliz y tengo siempre una visión muy crítica hacia lo que escribo hacia mi trabajo. No me gustan todos los libros, a veces he fallado, no me gusta el principio de mi película por ejemplo, así que tengo una mirada muy crítica de mi obra. La verdad llegue al punto que quería llegar, alcance a conseguir lo que quería. Tuvo una acogida increíble por parte de todos los fans de Los Beatles, cuando para uno era un riesgo bastante elevado hablar por Lenon.
Lo importante que escribieron de este libro es que tenía toda una indagación que venía de hace tiempo y que era creíble
C.C.: ¿Cuál es el libro o la historia que le falta por escribir?
D.F.: un libro acerca de Charlotte Salomon, la segunda persona real sobre quien escribo. Es el libro que acabo de terminar de escribir. Nadie la conoce. Era una pintora que murió en el campo de concentración de Auschwitz en 1943 a la edad de 26 años dejando una obra excepcional, tan fuerte y tan bella. Al igual que con el libro de Lenon para encontrarle la forma, fue un proceso de 8 años. Esta será la oportunidad para la gente de descubrir el trabajo de esta persona.
C.C.: El año pasado el Hay Festival cumplió 25 años en su versión original y tenían una serie de preguntas rápidas para los escritores que asistieron a esta versión. Quiero retomar tres de estas preguntas para hacerle. Un libro, una película y un CD imprescindible en su biblioteca
D.F.: Un libro “El hombre” de Philipe Prost, un libro corto que condensa toda la vida alrededor de la enfermedad, la vejez y la relación de uno con las mujeres.
Película, “Eterno resplandor de una mente sin recuerdo” de Michel Gondry
El disco quizás el último album de Los Beatles donde uno siente cierta apoteosis musical
C.C: ¿Qué texto le ha cambiado la vida?
D.F.: Es un poco fuerte decir que cambio mi vida pero diré que la literatura rusa en general