“Si quisieron matar la serpiente: se equivocaron; porque no le dieron en la cabeza”, con esa frase terminó un largo discurso del expresidente Lula Da Silva, luego que fuera llevado a declarar por la policía judicial en el caso de Lava-Jato que involucra negocios fraudulentos en Petrobras y otras compañías.
Lula se quejó de la obligatoriedad de la diligencia: “me siento afectado y molesto, si hubieran querido mi declaración, con gusta la hubiera dado, tal y como he dado otras anteriormente”. Y agregó: “Lo que sucede en que a algunas personas en Brasil les incomoda que un simple obrero, como yo, haya sido mejor presidente que muchos de esos abogados y señoritos”
Después, Lula hizo una recuento de su vida para demostrar un punto: que se recuperará de este golpe: “en mi vida han ocurrido muchos milagros; el primer milagro ocurrió cuando salvé mi vida siendo infante, pues en el lugar donde nací los niños se morían de hambre. El segundo milagro ocurrió cuando recibí el título de obrero metalmecánico. El tercer milagro ocurrió cuando fundé, con otros amigos, el PT. El cuarto milagro se dio cuando llegué a la Presidencia. El quinto milagro fue cuando goberné mejor que los demás. Yo siempre me recuperado y esta vez lo hare de nuevo”
El expresidente se mostró muy afligido, pero combatido: “lo que sucedió hoy era lo que le faltaba al Partido de los Trabajadores (PT), movimiento que fundó y acaudilla, para despertar; hace mucho que el PT está de capa caída, ya es hora de levantar”.
Y sentenció: “a pesar de haberme sentido mal, a pesar de haber sido tratado como un delincuente se equivocaron porque si querían matar la serpiente no le dieron en la cabeza”.