La Casa Blanca anunció, la que podría ser la visita más importante del actual mandatario. Se confirmó que Barack Obama, incluirá a la ciudad de Hiroshima, en su agenda de visita en Japón a finales de mayo.
Obama estará acompañado por el ministro japonés Shinzo Abey será la primera vez que un mandatario estadounidense visite la ciudad japonesa, tristemente recordada por haber sufrido el primer bombardeo atómico (Agosto 6 de 1945), ordenando por el presidente Harry S. Truman. Al holocausto de Hiroshima, le siguió la destrucción de Nagasaki, tres días después.
Esta iniciativa histórica está relacionada con una de las metas de la era Obama, que termina en enero: reducir las armas nucleares y, a largo plazo, acabar con ellas. Con frecuencia, ha citado Hiroshima y Nagasaki como ejemplo del daño que causan estas armas. Su defensa de un mundo sin armas nucleares le valió la concesión en 2009 del Premio Nobel de Paz.
Así y tras siete décadas, un presidente estadounidense en funciones, visitará la primera ciudad destruida por una bomba nuclear, hecho clave de Segunda Guerra Mundial. Obama no pedirá una disculpa, aclaró la Casa Blanca. La visita de Obama “pondrá en relieve su continuo compromiso de buscar la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares”, dijo el portavoz, Josh Earnest.
La visita del presidente era esperada por muchos desde que el secretario de Estado, John Kerry, visitó Hiroshima en abril. El diplomático recorrió el museo de la paz con otros cancilleres del Grupo de los Siete y participó con ellos en un servicio conmemorativo anual, a un paso de donde cayó la bomba.
El alcalde de Hiroshima calificó la próxima visita de Obama como “una decisión valiente basada en conciencia y racionalidad” y agregó que espera que Obama tenga oportunidad de escuchar las historias de los sobrevivientes. También expresó que la visita debería ser “un primer paso histórico hacia un intento internacional por abolir las armas nucleares, que es el deseo de la humanidad”.
El ataque de hace 70 años, asesinó a 140 mil personas en el acto y la radiación terminó de cegar la vida de 126 mil personas más. Aunque atemorizó a generaciones de japoneses, muchos estadounidenses consideran que los dos bombardeos atómicos, aceleraron el fin de la guerra. Japón anunció su rendición el 15 de agosto de 1945.