Dos millones de colombianos mueren al año por errores humanos y administrativos que comenten en las instituciones de salud en el país. Caídas, mala administración de medicamentos, fallas en los equipos médicos o dejar instrumentos quirúrgicos en el cuerpo de los pacientes son algunas de las fallas y descuidos.
Según la Universidad de La Sabana, aproximadamente el 70% de los pacientes hospitalizados tienen riesgo de caídas y de problemas de seguridad asociados a procedimientos médicos equivocados y trámites administrativos.
Por ejemplo, informes publicados por el Ministerio de Salud relacionados con la Política Nacional de Seguridad del Paciente, afirman que el 61% de los eventos adversos que ocurren en las clínicas y hospitales se asocian con procedimientos quirúrgicos equivocados, falta de atención oportuna, demora en traslados y carencia de recursos médicos.
Beatriz Pérez, directora del programa de Enfermería de la Universidad de La Sabana– dice que, “por lo menos el 70 por ciento de estos accidentes se podrían evitar. Es inconcebible que el error humano de los médicos y del personal de la salud esté enfermando más a los pacientes que las mismas enfermedades”.
Los niños son los más afectados. Otras cifras demuestran que el 27% de este tipo de eventos adversos se presentan en menores de 15 años y que el 13% de los accidentes ocurren durante la realización de algún procedimiento médico.
“A causa de estos accidentes, se calcula que al menos 23 millones de personas mueren cada año en Latinoamérica”, afirma Pérez. Y sólo en Estados Unidos se estima que 44 mil personas fallecen a causa de estos eventos que, según los expertos, se podrían evitar con buenas prácticas de políticas de seguridad.
En Colombia la Política de Seguridad del Paciente fue expedida en junio de 2008, sin embargo esta es transversal a los cuatro componentes del Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, la orientación hacia la prestación de servicios de salud más segura, requiere que la información sobre seguridad del paciente esté integrada para su difusión, despliegue y generación de conocimiento con el fin de estimular a los diferentes actores al desarrollo de las acciones definidas.