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En lo que fue su discurso de despedida en una Asamblea de Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; acusó a Rusia de tratar de recuperar la “gloria perdida” mediante el uso de la fuerza. También subrayó que debe haber “consecuencias” para Corea del Norte, por su última prueba nuclear.

Unos 135 jefes de Estado y de Gobierno y más de 50 ministros, se dan cita hoy en la sede de la ONU en Nueva York para el inicio del segmento de alto nivel del debate de la Asamblea General.

En su 71ª sesión, el máximo órgano de deliberación de Naciones Unidas, centran su atención en los temas que requieren una solución urgente, como el conflicto en Siria y otras conflagraciones en Medio Oriente y África, el avance del extremismo y los millones de desplazados por la violencia en el mundo.

Los mandatarios también abordan asuntos como el combate y la mitigación del cambio climático y la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, que cumple un año de haberse adoptado.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió hoy que la construcción de muros y barreras supone un retroceso de los avances logrados con el desarrollo de la ciencia, la tecnología y las telecomunicaciones.

En su último discurso como mandatario de su país ante la Asamblea General, Obama dijo que en el mundo actual con una economía global que depende de cadenas de suministros internacionales, esa visión no tiene cabida.

“Hoy, una nación rodeada de muros sólo se encarcelaría a sí misma. Así que la respuesta no puede ser simplemente un rechazo a la integración global, más bien debemos trabajar juntos para asegurarnos de que los beneficios de esa integración se compartan y que los trastornos económicos, políticos y culturales causados por la integración se aborden adecuadamente”, apuntó.

También afirmó que el mundo sería más seguro si los refugiados recibieran la ayuda que precisan, un terreno en el que pidió a los Estados asumir un mayor compromiso.
Alertó, asimismo, contra el fundamentalismo y el racismo, llamando a la tolerancia y al respeto de todas las personas y destacando el modelo democrático frente a los sistemas autoritarios.

Aseveró que el mundo debe elegir entre un mejor esquema de cooperación y una división profunda que perjudicaría a todos los países, y que los grandes desafíos actuales exigen que todos los Estados hagan más para superarlos.

Esta sesión también marcó, la última vez en el estrado de la Asamblea, del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Precisamente, el diplomático surcoreano alertó que existen abismos de desconfianza entre los ciudadanos y sus líderes, además del peligro que imponen los extremistas y el cambio climático.

Por esta razón, instó a los Estados a no perder el tiempo y cerrar la brecha entre ricos y pobres. Además, los urgió a hacer efectiva la entrada en vigor del Acuerdo de París sobre cambio climático antes de fin de año.

Advirtió que la radicalización se percibe cada vez más y que los conflictos se hacen más complejos y prolongados, lo que se hace patente en Yemen y Siria. Sobre la catástrofe Siria, atribuyó al gobierno de ese país la máxima responsabilidad de poner fin a la guerra.

“No existe una solución militar. Muchos grupos han matado a muchos inocentes, pero ninguno más que el gobierno, que continúa bombardeando vecindarios y torturando sistemáticamente a miles de detenidos. Las potencias poderosas que siguen alimentando la maquinaria de guerra también tienen sangre en sus manos. Hoy están presentes en este recinto representantes de gobiernos que han ignorado, facilitado, financiado, participado e incluso planificado y llevado a cabo atrocidades infligidas por todas las partes del conflicto contra los civiles sirios”, enfatizó.

Continuando con sus declaraciones sobre la situación en Siria, el titular de la ONU deploró el ataque a una caravana humanitaria de la ONU y la Media Luna Roja Árabe en Siria. Lo calificó de repugnante, salvaje y aparentemente deliberado.

También expresó pesar por dos situaciones que han empañado el nombre de Naciones Unidas. La primera, dijo, es la explotación sexual perpetrada por efectivos de las fuerzas de paz y otros integrantes de esas misiones contra las personas que debían proteger y la segunda fue la epidemia de cólera en Haití.

“Me causa mucho dolor y pesar el terrible sufrimiento que afrontan los haitianos afectados por el cólera. Se necesita una nueva estrategia para aliviar su dolor y mejorar sus condiciones de vida. Estamos comprometidos con sostener el cumplimiento de nuestra responsabilidad moral”.

Otro punto álgido de su prolongado discurso, el último como Secretario General ante el segmento de alto nivel de la Asamblea General, fue la propuesta de establecer un panel de alto nivel para mejorar el proceso de toma de decisiones en Naciones Unidas.

“Con mucha frecuencia he visto propuestas con apoyo mayoritario que han sido bloqueadas en nombre del consenso, por pocos y a veces un solo país. Tanto por países pequeños como grandes. En repetidas ocasiones he visto acciones esenciales y buenas ideas bloqueadas en el Consejo de Seguridad, bloqueadas en la Asamblea General, bloqueadas en el proceso presupuestario, bloqueadas en la Conferencia sobre Desrame y otros órganos. ¿Es justo que en este complicado siglo 21, un solo país o pocos países ejerzan ese poder desproporcionado y mantengan al mundo rehén en tantos temas importantes?”, cuestionó el titular de la ONU.

Finalmente, instó a los Estados a remover todos los obstáculos para las operaciones de los trabajadores humanitarios y del personal de derechos humanos que actúa en defensa de los más vulnerables.