Se trata de un oficial de la policía de tránsito de Washington, quien viajó dos veces a Libia en 2011 y era vigilado por el FBI desde 2010. El hombre fue arrestado este miércoles, acusado de intentar proveer apoyo material a la organización terrorista Estado islámico.
El agente ha sido identificado como Nicholas Young, de 36 años, con residencia en el condado de Fairfax, Virginia. Young está acusado, según la fiscalía, de haber comprado tarjetas de recarga móvil por 245 dólares, que pretendía entregar al ISIS.
El grupo terrorista usa este procedimiento para reclutar personas en todo el mundo. A finales de julio, el agente ahora detenido envió 22 códigos de este tipo de tarjetas a quien creía era un miembro del grupo extremista, pero que en realidad era un agente encubierto del FBI. “Responde para verificar su recepción”, escribió Young a su falso contacto, reveló la fiscalía en un comunicado. El detenido también explicó su intención de destruir su teléfono tras completar el envío de las claves “para evitar que se puedan ver los datos en caso de que suceda algo desafortunado”.
El sospechoso fue detenido en la mañana del miércoles en la comisaría central de la policía de tránsito de la capital estadounidense, para la que trabajaba desde 2003. Esta misma tarde tenía prevista su primera comparecencia ante una juez del distrito este de Virginia, que le leerá los cargos por los que podría afrontar una pena máxima de 20 años.
Young era seguido por las autoridades desde 2010. Fue su propio departamento de policía el que manifestó sospecha hacia el uniformado. En septiembre de 2010, fue interrogado por primera vez por agentes del FBI en relación con un conocido suyo, Zachary Chesser, que un mes más tarde se declaró culpable de proporcionar ayuda material a terroristas, de acuerdo con la fiscalía. Chesser, que también había amenazado a los creadores de la serie animada satírica “South Park” por retratar a Mahoma, cumple 25 años de cárcel por intentar unirse a una filial de Al Qaeda en Somalia.
Otro de los conocidos de Young, Amine El Khalifi, también se declaró culpable de intentar perpetrar un atentado suicida en el Capitolio de Washington en 2012. En 2011, Young viajó dos veces a Libia y, según declaró al FBI, estuvo en contacto con los rebeldes que intentaban derrocar al dictador Muamar el Gadafi.
En 2014, Young contactó hasta en 20 ocasiones con quien creía que era un reservista estadounidense originario de Oriente Próximo que “sentía cada vez más atracción por la religión y quería abandonar el Ejército por haber tenido que luchar contra musulmanes durante su despliegue en Irak”. En realidad, se trataba de un informante del FBI, y Young picó el anzuelo.
En esos encuentros, según la versión de la fiscalía, este “le dio consejos (al informante) sobre cómo no ser detectado por las autoridades utilizando métodos de viaje específicos”. Young también le advirtió al confidente del FBI que estuviera alerta ante posibles informantes y que no discutiera sus planes con otras personas. En el otoño de ese año, el colaborador del FBI hizo creer a Young que había logrado salir de EE UU y que se había unido al ISIS.
Aunque Young creyó siempre que seguía en contacto con esa persona, en realidad estaba comunicándose con agentes del FBI. En 2015, Young les pidió consejo sobre cómo sacar dinero al extranjero sin ser detectado, y dijo ser consciente de que sus actividades, “incluso comprar un billete de avión”, eran vigiladas.
El pasado 18 de julio, Young volvió a comunicarse con quien creía estaba ya combatiendo junto al ISIS para discutir la compra de las tarjetas de recarga móvil. El 28 de ese mes, envió las claves a su contacto. Finalmente, seis días más tarde, se concluyó con su captura.
*Con información del El País de Madrid y CNN