El avión ‘Eusebio’, en honor al mítico futbolista portugués, aterrizó en el Humberto Delgado de Lisboa e inmediatamente los campeones se desplazaron al Palacio presidencial de Belém. Allí recibieron un diploma honorífico, ya que las medallas todavía no están preparadas.
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— The Chips (@TheChipsFutbol) 11 de julio de 2016
El presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, condecoró a la selección de Portugal con el título de comendador, la mayor distinción civil que se puede otorgar en el país, después de conquistar la Eurocopa en Saint-Denis, ganado una apretada final ante Francia (1-0). El mandatario portugués, el técnico Fernando Santos y el presidente de la Federación Portuguesa de fútbol, Fernando Gomes, fueron los primeros en exhibir el trofeo de campeones de la Euro 2016.
“La orden del mérito no es la mayor condecoración que habéis recibido o que vais a recibir: ésa fue dada por el pueblo portugués y está llena del orgullo y la gratitud por aquello que hicisteis durante más de un mes por Portugal”, dijo Rebelo de Sousa.
Cristiano fue el centro de la fiesta de Portugal en las calles de Lisboa https://t.co/n3R2N6xm9T pic.twitter.com/j8hr29E0xU
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El presidente defendió el juego de la selección durante la Eurocopa, y aseveró que la consecución del título no fue sólo cuestión de suerte: “Hace un mes y tres días dije que sois los mejores de Europa y mucha gente me dijo que sois buenos pero tenéis suerte. Ha quedado demostrado que no hay casualidad ni suerte y que no sois un equipo cualquiera ni hubo otro equipo mejor. Son los mejores de Europa y el mundo”.
El jefe del Estado luso también quiso dedicar unas palabras a los emigrantes portugueses, en especial a los que están en Francia, donde se calcula que viven en torno a un millón de portugueses y lusodescendientes. “Hoy los emigrantes llegan al trabajo y dicen que somos tan buenos como vosotros”, celebró.
Centenares de personas se agolparon a las puertas del Palacio de Belem, desde donde pudieron ver a los jugadores cantar el himno nacional junto al presidente y levantar la copa. Tras la recepción con el jefe del Estado, los futbolistas recorren los principales puntos de Lisboa a bordo de un autobús, que pasará por la céntrica plaza de Marqués de Pombal, la Avenida Liberdade, el Rossio, terminando en la Alameda Dom Afonso Henriques.