Austria, miembro de la Unión Europea, repetirá sus elecciones presidenciales. Un fallo emitido este viernes por el Tribunal Constitucional (TC), dio la razón a un recurso “por irregularidades en el recuento de votos”.
El histórica decisión se da tras tras analizar el recurso “por irregularidades en el recuento de votos”, presentado por el partido nacionalista FPO, cuyo candidato fue Norbert Hofer, perdió la Jefatura del Estado por apenas 30.863 votos frente al ecologista Alexander Van der Belen.
El presidente del TC, Gehart Holzinger, ha afirmado en la lectura del fallo que éste “no hace a nadie ganador o perdedor, sino que refuerza la confianza en el Estado de derecho y en la democracia”. El dictamen del TC se produce a una semana de que concluya el segundo mandato del actual presidente, el socialdemócrata Heinz Fischer., el próximo día 8.
Dado que no hay sucesor para tomar el relevo, la presidencia quedará de forma interina en manos de la presidencia de la Asamblea Nacional, gremio del que Hofer formará parte al ser vicepresidente del Legislativo. Las elecciones presidenciales celebradas el pasado 22 de mayo dieron como ganador en segunda vuelta a Van der Bellen con un 50,3% del escrutinio frente al 49,7% obtenido por Hofer, resultado en el fue determinante el voto por correo, pues el recuento de los votos emitidos en urna concluyó en empate técnico.
Fueron precisamente las irregularidades que según el FPÖ se cometieron durante ese proceso lo que llevó al líder de esta formación, Heinz Chistian Strache, a impugnar los resultados electorales con un recurso de 150 folios al TC. Según Strache, en 94 de los 117 distritos electorales austriacos, el recuento del voto por correo comenzó el mismo día de las elecciones y no al día siguiente, como marca la ley. Además, en una docena de casos, la comisión electoral no contó todos los votos sino que hizo una preselección. El FPÖ calcula que esa decisión afecta a 573.275 papeletas de las casi 800.000 emitidas por correo.
El fallo del TC valida los argumentos del FPÖ y darán una nueva oportunidad al candidato Hofer, el rostro amable de un partido ultranacionalista, antimigración, xenófobo y euroescéptico. También ahondarán en la fractura que abrieron las elecciones en Austria, que quedó literalmente dividido.
La victoria, ahora invalidada de Van der Bellen, fue recibida con alivio por el Ejecutivo de coalición austriaco, que evitaba una cohabitación con el FPÖ, pero también por la Unión Europea, que se ahorraba contar entre sus socios con un Jefe de Estado escéptico que no sólo podría poner cortapisas al proyecto europeo, sino también dar alas a los movimiento populistas de derechas y nacionalistas. Las repetición de las elecciones presidenciales austriacas tendrán como telón de fondo la última gran victoria acuñada por de esas fuerzas centrífugas en Europa, el ‘Brexit’.