La Defensoría del Pueblo vuelve a alertar por ataques de perros potencialmente peligrosos. El organismo de control exhortó a los alcaldes locales a ejercer un papel más activo en la prevención de estas situaciones, que por falta de control vulneran los derechos de las personas.
La Defensoría del Pueblo actualizó el estudio que sobre ataques de perros potencialmente peligrosos en la capital de la República, realizó la Regional Bogotá a finales de 2015.
El informe, basado en visitas a terreno y en los requerimientos formulados a 20 alcaldías locales, 22 hospitales de la red pública y 10 clínicas privadas del Distrito Capital, permitió identificar 13.824 casos de mordeduras de estos ejemplares caninos durante los últimos 10 meses, lo cual se traduce en un promedio de dos episodios cada hora.
Entre las víctimas de esta clase de situaciones, aparecen 3.493 niños y niñas, siendo la mayor proporción aquella en el rango de los 5 a los 11 años de edad. Las localidades con mayor número de mascotas registradas con estas características son Candelaria, Barrios Unidos, Fontibón, Teusaquillo, Chapinero, San Cristóbal, Engativá y Ciudad Bolívar.
Los centros asistenciales que más casos atendieron por ataques de perros potencialmente peligrosos fueron el Hospital del Sur con 2.718, el Hospital de Engativá con 1.592 y el Hospital Pablo VI de Bosa con 740, mientras en la red privada aparecen la Clínica de Occidente con 712, la Cruz Roja Colombiana con 423 y la Clínica Colombia con 325.
La Defensoría del Pueblo llamó la atención sobre la precariedad en las sanciones, pues por el no uso de bozal apenas aparecen 32 registros, 6 por no recoger convenientemente los excrementos y tan sólo una por no contar con los permisos para la tenencia de la mascota.
En este sentido, el organismo humanitario exhortó a los alcaldes locales a ejercer un papel más activo en las estrategias de prevención, a la vez que invitó a la Policía Metropolitana a fortalecer las actividades de control en las calles y a los ciudadanos dueños de razas consideradas potencialmente peligrosas a acatar la normatividad y asumir su rol de amos desde una perspectiva de mayor respeto por los derechos de los demás.