Por medio de una motobomba alimentada con paneles fotovoltaicos se podría sacar agua de la tierra y transportarla a unos tanques para su purificación y posterior suministro.
El modelo fue realizado por cinco estudiantes de noveno semestre de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales, con la intención de beneficiar a la ranchería Jellusira, del corregimiento de Musichi en jurisdicción de Manaure (La Guajira), en donde se encuentra la comunidad indígena wayúu.
Esta iniciativa pretende beneficiar a 30 familias, las cuales se abastecerán de 500 litros de agua para cada una de ellas, es decir, obtendrán un total de 15.000 litros por día; además, una parte de este líquido está destinada al sustento e hidratación de los animales.
La construcción o la arquitectura del prototipo contempla cuatro paneles policristalinos instalados en una plataforma que permite captar la radiación del sol. Estos, a su vez, se conectan a un convertidor por medio de unos cables tipo PV ZZ-F, especialmente concebidos para aplicaciones fotovoltaicas.
Posteriormente, se lleva la instalación a la motobomba subterránea, para extraer el agua y llevarla hacia los tanques de almacenamiento.
El sistema cuenta con un controlador o equipo electrónico que regula todas las funciones y ayuda a maximizar el rendimiento energético de los paneles solares. De esta manera, permite que la bomba de agua funcione también durante periodos de menor radiación solar.
El controlador regula el funcionamiento de la bomba y la desconecta cuando el depósito, donde se bombea el agua, llega a su capacidad máxima, o bien, porque el nivel de agua en el pozo haya descendido por debajo de la capacidad de succión, con el fin de evitar que la bomba trabaje en seco (sin extraer H2O).
La comunidad presenta una problemática por la baja cantidad y calidad de los recursos hídricos; la lejanía y la dificultad para acceder a estos limita la calidad de vida de las personas. Por ello, es casi imposible trabajar la tierra, que los niños tengan un buen desarrollo y crecimiento y, de igual manera, se dificulta el mantenimiento adecuado de los animales con los que pueden desempeñar diferentes labores, explicó Leonardo Ramírez Betancur, uno de los creadores de esta iniciativa.
“Este proyecto, contando algunos imprevistos, tiene un costo de 19 millones de pesos, que incluye los paneles, el controlador, la motobomba (DC), el cableado, la tubería y los tres tanques de almacenamiento”, precisó María Paola Ocampo Sarriego, otra de sus creadoras. Con ella, también trabajaron en el diseño del prototipo Laura Jimena Correa Giraldo, Diego Fernando España y Andrés Robledo Arias.
Aunque los estudiantes no viajaron a La Guajira hicieron la arquitectura del proyecto, planteada desde la Universidad Nacional, y tomaron como referencia la problemática que se vive en esta zona y los estudios que determinaron la presencia de aguas subterráneas en esa zona del país.
“Hay muchas formas de llevar el agua, pero la gran mayoría son de un alto costo. Esta alternativa implica una inversión al inicio de su implementación, pero con el paso del tiempo será sustentable”, manifestó Leonardo Ramírez Betancur.
El mantenimiento de este sistema es relativamente sencillo, ya que los paneles solares solo necesitan limpieza. El controlador tiene larga durabilidad y la motobomba está diseñada para trabajar con este tipo de aguas (turbias y con sedimentos).
La vida útil de este proyecto es de aproximadamente 10 años y se espera aplicarlo en otras comunidades que tengan esta carencia de agua. Además, implementarla para el sector privado o para cualquier persona en particular que tenga esta necesidad.