El Ministerio de Salud asegura que los índices de intoxicaciones por consumo de drogas han bajado en la ciudad de Bogotá. Así mismo, se deduce que no en el censo hace falta considerar a las personas que no acuden a los centros de salud como es el caso de habitantes de calle.
El consumo de drogas ilícita ha aumentado en Colombia. Así lo constató el más reciente Estudio nacional de sustancias psicoactivas, realizado en 2013. Eso involucra considerablemente la probabilidad de un incremento de intoxicaciones por algún exceso de estas sustancias, pero para sorpresa, las cifras en Bogotá demuestran un comportamiento distinto.
Por dar un ejemplo de lo anterior, desde 2011 se ha encontrado una disminución ascendente en cuanto a intoxicaciones por consumo de heroína. En el año 2015, de acuerdo con el Ministerio de Salud, se presentaron 34 casos de intoxicaciones por esas sustancias, mientras en años anteriores las estadísticas no bajaban de 82.
En el mismo 2015 bajaron los casos por consumo de estimulantes (éxtasis, anfetaminas, etc.). Entre 2013 y 2015 también disminuyeron los eventos de este tipo por uso de solventes y de cocaína.
La estimación sobre este fenómeno la hace la corporación Acción Técnica Social (ATS), la cual es una organización financiada por Open Society y que trabaja, entre otros, para el Ministerio de Justicia. En Bogotá vienen desarrollando la estrategia “Échele cabeza cuando se dé en la cabeza”, idea que ha tenido gran acogida y críticas entre el público capitalino por brindar información sobre drogas y promover un consumo responsable.
Julián Quintero, investigador de ATS, cuenta que en 2015 empezaron a percibir un cambio en el comportamiento de los consumidores y en reportes de los organizadores de fiestas sobre descenso en las intoxicaciones, riñas y lesiones personales. Esto es muy importante para estas organizaciones que trabajan en conjunto, debido a que dicho consumo de sustancia psicoactivas, en su mayoría son ejecutados en espacios públicos como parques y rumbas, lo que apuntan a una notable reducción de las intoxicación y las crisis derivadas del consumo.
ATS sostiene que su trabajo ha sido la clave para lograr resultados benéficos en la población drogodependiente y para ello no solo resalta su constante presencia en fiestas, sino el suministro, de jeringas a heroinómanos como parte del programa “Cambie”, que propende por la reducción del daño por las afectaciones que causa el uso continuo de la misma jeringa. Esta iniciativa ya cuenta con más de 200 usuarios inscritos y atiende entre 40 a 60 personas diarias. Ese proyecto, además, registra la desintoxicación y rehabilitación del consumo de heroína en 18 personas, lo que es considerado un logro a pesar de que entre sus objetivos principales no está la abstinencia del consumidor.
Por otra parte Jairo Téllez, médico toxicólogo y director del grupo de investigación de sustancias psicoactivas de la Universidad Nacional, argumenta, que no puede descartarse que acciones de organizaciones independientes incidan positivamente sobre este fenómeno.
Téllez Pide tener en cuenta otros márgenes. Por ejemplo, aunque las cifras del Minsalud son un indicador, se debe contemplar la idea de que puede haber un subregistro, es decir, que cabe la posibilidad que una cantidad representativa de personas afectadas por intoxicaciones no acudan al sistema de salud, sobre todo si son habitantes de calle o tienen cuentas pendientes con la justicia.
Por último, el médico especializado en toxicología, advierte que esos eventos que requieren atención clínica son producto de los efectos agudos de las drogas, pero también hay efectos crónicos, que son aquellos que no ponen en riesgo la vida, pero que circunstancialmente afectan su calidad y generan secuelas a largo plazo. “Es el caso de la marihuana, cuyo uso continuo afecta funciones cognitivas, especialmente en la memoria, el cálculo y la abstracción. También los inhalantes, que están muy de moda. Aunque no producen la muerte, sí generan un deterioro cognitivo generalizado, no solo en algunas funciones”.
Esta variante en el consumo que plantea distintas conclusiones, se presenta justamente cuando la Alcaldía adelanta la formulación del Plan Territorial de Salud. En ese orden de ideas, tales planes que deben ser constituidos bajo los lineamientos del Ministerio de Salud, en su Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021, pueden ser permeados por las distintas apreciaciones en la búsqueda de reducción del consumo.