Las construcciones en los cerros de Bogotá son como un virus que combate nuestro sistema inmune, cuanto más se intentan controlar, estas buscan la forma de asimilar las normativas para seguir afectando el ecosistema. Las autoridades se ven preocupadas por las descontroladas actividades que desempeñan las constructoras en los cerros de Bogotá, pues se escudan en ingresar material para mejoras locativas, que realmente es para efectuar ampliaciones de los predios ya ubicados en esta zona que es considerada reserva natural de Bogotá.
Las megamansiones del sector de El Bagazal, construcciones que están deteriorando esta área protegida de la reserva forestal de los cerros orientales, tuvieron una visita de la Personería Distrital y la alcaldía de Chapinero este martes 21 de febrero. Las entidades que pudieron constatar que una de estas casas, El Arrayán, había adelantado la construcción de un techo y lo que sería un ascensor.
El alcalde de Chapinero, Hernando Quintero, afirmo lo siguiente; “Estamos verificando los metros cuadrados que se afectaron, también estamos verificando la construcción sin licencia de un ascensor y de un techo, para luego proceder a sancionar”.
Vale la pena recordar, que a mediados del año pasado, La alcaldía de Enrique Peñalosa le pidió a la Corporación Autónoma Regional (CAR), que como autoridad ambiental, estaba en todo su derecho de emprender acciones para demoler las lujosas construcciones que se tomaron ilegalmente los cerros orientales de Bogotá.
Según manifestó el mandatario, las mansiones que se levantaron en la zona “son un símbolo del irrespeto de algunos poderosos por la ley, las normas y el medio ambiente. Estamos dándole todo el respaldo a la CAR para que se avance lo más pronto posible en la demolición de estas edificaciones”.
Asimismo, Según el alcalde de Chapinero, los propietarios en el caso de El Arrayán, son la filial en Colombia del Grupo de Inversiones Imaco de Panamá, y que esta tiene los permisos ingresar materiales para hacer mejoras locativas, pero eso no quiere decir que estos permisos le permitan ingresar “ladrillos o material con el que puedan ampliar el área de la casa”, señaló.
Respecto a esto, un efectivo del policía encargado de supervisar la entrada de materiales a la zona, aseguró al diario El Tiempo que “no es experto en construcción, por lo que muchas veces no sé cuáles son para materiales y cuáles son para ampliar las casas”, aparte de esto, el uniformado aseguró que en muchas ocasiones se ven la obligación de dejar entrar cargas de piedras, porque llegan los abogados de los inmuebles fundamentando que los materiales están destinados a mejoras locativas.
Durante la visita también se evidenció la tala de árboles en la zona protegida, aunque no había permisos ni autorización de la CAR o de la alcaldía local.
De momento la lucha sigue contra estas mansiones, pues luego de tantas irregularidades presentadas en la mayoría de estos predios, se torna indignante y algo jocoso que la CAR sigue esperando que estas constructoras cumplan con permisos y autorizaciones para construir en un área protegida considerada una reserva forestal.