Al ser productos naturales, elaborados a base de agua, lúpulo, levadura y malta, que no contienen conservantes ni colorantes, las cervezas Premium son saludables para el cuerpo humano si se consumen con moderación. Se calcula que la cantidad adecuada es de 300 a 450 mililitros diarios para los hombres y de hasta 300 mililitros para las mujeres.
Según la revista “European Journal of Epidemiology” quienes consumen cantidades moderadas de cerveza tienen un 42% menos riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Esto se debe a sus antioxidantes naturales que también ayudan a reducir los procesos de envejecimiento.
Además, al estar constituida por cebada malteada y agua, la cerveza aporta fibra al organismo y ayuda a disminuir los niveles de colesterol. También reduce el riesgo de desarrollar piedras renales gracias a su efecto diurético e hidratante.
Beber cerveza moderadamente fortalece los huesos. Un estudio de la universidad de Tufts en Estados Unidos demuestra que el silicio presente en esta bebida ayuda a aumentar la densidad ósea de la cadera entre 3.5 y 4.5 veces más que las personas abstemias.
También está comprobado que la cerveza sin alcohol como la Bitburguer Drive puede ayudar a conciliar el sueño rápidamente y garantizar que este sea profundo.
¿Qué pasa cuando acompañamos las comidas con cerveza?
Acompañar las comidas con cerveza es una excelente idea pues esta bebida facilita la absorción de nutrientes.
Aunque la cerveza es muy versátil, debe existir un equilibrio entre su sabor y aroma y el de la comida. Por esta razón, hacemos tres recomendaciones que pueden resultar útiles a la hora de elegir un maridaje:
1. Para los platos condimentados o de sabores fuertes, se recomienda acompañar con una cerveza que tenga mucho sabor como una cerveza negra Kӧstritzer Schwarzbier o Hofbräu Dunkel.
2. Un plato de embutidos tipo salchichas, chorizos, carne de cerdo va muy bien con una cerveza de trigo como Benediktiner Weissbier o Hofbräu Munchner Weisse.
3. Platos de pasta, pescado o carnes poco condimentadas se acompañan muy bien con cervezas rubias como Bitburger Premium Pils o Hofbräu Original.
Mitos alrededor de la cerveza
“La cerveza se debe servir tan fría como sea posible”. Falso, cuando se sirve la cerveza muy fría se pierden algunas propiedades y cambia su sabor. La temperatura ideal está entre los 4° y los 6°. El vaso tampoco debe estar congelado, se recomienda que este húmedo.
“La barriga cervecera”. Falso, el consumo moderado de cerveza no tiene repercusiones importantes en el abdomen. Un consumo de hasta medio litro diario no engorda si se acompaña con una dieta balanceada.
“Botellas transparentes y abre fácil”. Dos de los factores que más dañan la calidad y el sabor de las cervezas son la luz y el oxígeno. Una botella oscura bloquea mas del 95% de los rayos del sol que afectan el sabor de una cerveza, contrario a lo que ocurre con una transparente. Por otro lado, la tapa abre fácil no aísla el oxigeno completamente lo que hace que la cerveza pueda sufrir oxidación.
“La cerveza embotellada es mejor que la de barril” La mejor manera de almacenar una cerveza es en barril porque tiene cero contacto con el oxigeno y la luz del exterior, sin embargo al pinchar un barril la cerveza debe consumirse en el mejor tiempo posible. La botella de vidrio también es un excelente contenedor de la cerveza y la conserva por un tiempo más largo pero hay que tener precauciones como evitar temperaturas extremas y que haya contacto directo con los rayos solares o la luz fluorescente.