Confidencial Colombia conoció el conmovedor testimonio de Carlos Mario, un hombre a quien las drogas lo alejaron de su familia por más de una década. Hoy la vida le brinda una segunda oportunidad para recuperar el tiempo perdido al lado de sus seres queridos.
Pilar Córdoba era más que una familiar para Carlos Mario, durante los años de infancia ambos eran grandes amigos. Sin embargo, después que la familia de él se mudó a Medellín, empezaron a perder el contacto y finalmente “hace 16 años, Carlos se desapareció de la casa, se desapareció de la familia”.
Así, y pese a que lo recordaba con gran cariño, durante más de una década ella no supo nada de la vida de su primo. “Hasta que hace unos días, Juan José, el hermano de él, que vive en Chicago, publicó una foto en Facebook de ellos cuando pequeñitos”. En ese momento a Pilar además la enorme nostalgia la invadieron un sin número de dudas; ahí se enteró que las últimas noticias que se tenían de Carlos Mario “era que estaba en Bogotá y que era un habitante de calle”.
Como Juan José reside en Chicago, ella decidió empezar la búsqueda de su pariente en la capital colombiana. De esta manera, se contactó con la Secretaría de Integración Social, “ellos me prestaron toda la ayuda y colaboración. Yo no sabía que esta entidad existía, yo no sabía que los habitantes de calle se registran con su cédula en los centros de ayuda, en los hospitales… yo empecé a hacer la búsqueda por ese lado, cuando ya me empecé a contactar con ellos y empezamos a rastrearlo, supimos que reciclaba por el lado de Alkosto de la treinta y que dormía por la pedagógica. Entonces esa fue la búsqueda que empezamos a hacer, por esos lados y empezamos a dejar la información de nosotros. Mi número de celular en las estaciones de gasolina cercanas (sic)”, recordó.
Ya con estos datos concretos sobre el paradero de Carlos Mario, Pilar le dijo a Juan José que debía regresar de los Estados Unidos porque el reencuentro era inminente. “Yo le dije a Juan José: -te tienes que venir porque yo ya tengo ubicado a Carlos Mario, tenemos que buscarlo porque estoy segura que ya lo vamos a encontrar”.
Y así fue, él voló desde los Estados Unidos y llegó a Colombia el 29 mayo. “Juan José llegó el domingo en la tarde y nos fuimos a buscar a Carlos Mario por la noche. Eso fue al otro día del operativo que hicieron en el Bronx el sábado y lo vimos a él en el video saliendo de esa zona. Ya sabíamos que estaba en las calles y nos fuimos a buscarlo, lo buscamos toda la noche del domingo y lo buscamos parte de la mañana del lunes y no aparecía por ninguna parte, entonces dijimos: -esperemos y continuamos la búsqueda por la noche que seguro viene a dormir”, relató Córdoba.
Posteriormente, ese mismo día, recibieron una llamada de un empleado de la estación de gasolina que está ubicada detrás de la Universidad Pedagógica, “nos dijo que él (Carlos Mario) había llegado allá, salimos corriendo en el carro, llegamos y él ya se había ido entonces nos fuimos a buscarlo como locos por la 72 y el vigilante de la bomba salió y desde la media cuadra nos empezó a hacer señas que él estaba ahí, y sí ahí estaba nuestro Carlos Mario tirado en el suelo en un rincón, durmiendo sus tres días que llevaba de consumo en el Bronx”.
Efectivamente Pilar, después de años sin ver a su primo, lo había encontrado. Sin embargo, Carlos Mario no la reconoció ni a ella ni a su propio hermano “porque estaba muy drogado en ese momento”. Así que la mujer decidió llamarlo por el apodo que tenía cuando era tan sólo un niño. “Yo le dije: -Mayayo yo soy tu prima Pilar, mírame, acá está tu familia, está Juan José. Entonces él ya reaccionó y le dijo a Juan José: -dígame cómo se llama mi papá y Juan José le dijo: -Mario Duque. Mayayo se sentó y le dijo: -¡Juancho, Juancho! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Todos están vivos?… fue tremendo”, indicó.
“Eso fue el lunes, nos fuimos para la casa, se bañó, se puso ropa limpia. Al otro día nos fuimos para la peluquería, se arregló los pies, las manos, se cortó el pelo (…) Esto es un proceso, lo hemos rodeado de mucho amor, de muchos cuidados, de mucha comida, de mucho dormir y descansar porque tiene sueños atrasados de dieciséis años” comentó al respecto Córdoba.
Actualmente están “luchando mucho para sacar el pasaporte” porque “es urgentísimo que viaje a Chicago” a reencontrarse con su familia.
Respecto a Carlos Mario su prima afirmó que “está muy feliz, dice que quiere recuperar el tiempo perdido, dice que ama a su familia. Está sano, no tiene una herida de guerra, no tiene una puñalada, no tiene una cicatriz, tiene el desgaste físico de un habitante de calle pero está vivo y está con nosotros”.
No obstante, su familia quiere cerciorarse de que está en óptimas condiciones físicas pero hasta el momento no han podido llevarlo a una consulta médica. “No hemos podido hacer eso porque el trámite debemos hacerlo de forma particular. La Secretaría de Integración nos ofreció eso pero esa atención médica se la prestan en un centro de ayuda donde está la gente del Bronx en este momento y a nosotros no nos parece conveniente que él tenga nuevamente contacto con nada que tenga que ver con su historia. Hay otro inconveniente y es que las clínicas psiquiátricas, si lo llevamos por urgencias lo internan y él no quiere internarse, él quiere estar con su familia pero sí estamos en ese proceso y creemos que de aquí a mañana él va a tener atención médica. Primero para hacerle exámenes de laboratorio de las enfermedades a las que están expuestos los habitantes de calle y aparte el tema de su ansiedad y su síndrome de abstinencia”, Finalizó Pilar Córdoba.