Incrustación es una propuesta que aborda la fuerte relación entre la producción artística y el comercio; que invita tanto a pensar en la representación y el objeto representado como a recrear esa ilusión mercantil que penetra violentamente la estructura de las instituciones artísticas.
Para lograrlo, Alejandro Sánchez usa tres elementos: el primero, es la ilusión materializada en una escultura hiperrealista y a escala de un fragmento de container; el segundo, el uso metafórico del nombre del proyecto, y el tercero, una frágil rama que sirve como puente entre los objetos y elemento poético que revela una suerte de ciclo entre obra y galería.
“El contenedor busca sugerir que de alguna manera, todas las instituciones que tienen que ver con arte tienen una arista comercial. Pero no es una crítica, es un señalamiento a algo que es evidente y mucha gente quiere omitir”, comenta el artista, quien ganó la convocatoria para intervenir la fachada de la Galería La Cometa con su obra Incrustación. |
Incrustación narra también el efecto que tienen el agua y el viento sobre los metales, que hace que se oxiden y muestren el paso del tiempo, “entonces el flujo natural del ambiente también rodea la Galería”, explica Alejandro, quien usó pinturas acrílicas sobre latón y madera, para construir la pieza de 2,4 mts. de alto, 2,44 mts. de ancho y 2,5 mts. de fondo que invade la fachada de la galería.
La Cometa recibió 63 propuestas de intervención, en respuesta a la primera convocatoria de este tipo que abre la Galería y que continuará durante el próximo año. Participaron artistas jóvenes de Brasil, Argentina, Estados Unidos y Colombia, con ideas creativas en cuanto a materiales, producción y concepto.
“La propuesta de Alejandro es uno de los proyectos elegidos pues cumple dos intenciones: suscitar interés de los transeúntes de la zona y entregar un concepto que se expresa en el producto físico”, afirma Ana Cárdenas, curadora de la Galería La Cometa.
Alejandro ha buscado que sus ejercicios tengan una factura óptima desde el inicio de su carrera y ha logrado encontrar un balance para financiar obras arriesgadas con obras más convencionales que tienen acogida comercial, “sin decir que esas obras comerciales no tengan lo que yo quiero que tengan siempre, que es alma de arte”, afirma Alejandro. Así, a la obra subyace la percepción del artista sobre la sostenibilidad de su arte.
“Incrustación” estará expuesta en la fachada de la Galería hasta finalizar octubre de 2016, para dar paso al proyecto de Boris Pérez, otro de los artistas elegidos durante la convocatoria.