“Quienes asumirán la función de aplicar una justicia especial, deben tener una visión diferente de la aplicación del Derecho a la que se hace de manera cotidiana”, afirmó Luis Fernando Ramírez, magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá.
Según el magistrado, en la justicia ordinaria hay una verdad, pero en una justicia en transición se está expuesto a múltiples verdades y eventuales escenarios punitivos altas dosis de justificación.
Por tanto, señaló, la academia debe apoyar la enseñanza a la sociedad para entender esas decisiones en esta clase de justicia que no son las habituales. Además, solo se consigue con una visión jurídica, sociológica, histórica y política (no partidista).
Estas afirmaciones las expresó el magistrado Ramírez durante un homenaje realizado a la promoción de 1976, de la Asociación de Egresados de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.)
En opinión de algunos de los homenajeados, hacer compatibles las normas de la Constitución del 91 con los pactos de La Habana, así como otras maneras de percibir la justicia de cara al posacuerdo, son algunos de los desafíos que tiene el país.
Para la exmagistrada Clara Inés Vargas, primera mujer en la historia que llegó a la presidencia de la Corte Constitucional (2001-2009), tiene como principal desafío hacer compatibles dos normas: la Constitución de 1991 con toda la normatividad que viene de los acuerdos de La Habana, sin que haya una sustitución de la misma.
“Son apenas dos actores, en este caso el Gobierno y las FARC, no facultados para hacer cambios constitucionales, los que están tomando trascendentales decisiones para el país”, señaló la egresada de la U.N.
Según la exmagistrada, frente a las voces que han pregonado una Asamblea Nacional Constituyente, aunque reconoce la legitimidad de esta, conceptúa que puede resultar inconveniente porque la Constitución de 1991, pese a las imperfecciones que pueda tener, “ha sido rica en derechos fundamentales para que el ciudadano de a pie se sienta más cerca de la justicia –en especial con la tutela-, y no se sabría si serían sostenibles en una Asamblea Constituyente”.
Frente al plebiscito, Clara Inés Vargas, tiene la convicción de la pertinencia para que los colombianos validen lo que está sucediendo en La Habana, pero está reservada frente a la dinámica de disminución de umbrales, pues tal hecho puede atentar contra la seriedad y legitimidad de un proceso que es para todos.
Asimismo, el egresado y docente de la Universidad Nacional Augusto Trujillo, quien además funge como presidente del Colegio de Abogados de la U.N., afirmó: “la paz y, en términos generales, la construcción del nuevo país es asunto de todos los colombianos”, incluidos quienes pasaron por las aulas hace más de cuatro décadas.
Apuesta por nuevas tecnologías
Otro de los homenajeados por la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la U.N. fue Jaime Horta Díaz, notario en la ciudad de Barranquilla, quien expresó que la academia debe apostarle con determinación a las nuevas tecnologías como una herramienta de apoyo al entorno jurídico.
“Las identificaciones biométricas y las firmas digitales le servirán al país para contrarrestar las 400.000 falsificaciones (falsificación y suplantación) que se estiman ocurren al año”, manifestó el abogado de origen de huilense.
Durante el evento, los egresados de 1976 descubrieron una placa en mármol que fijaron en la Facultad, como pieza que da cuenta de su encuentro tras 40 años de finalizadas sus carreras.