El juez federal mexicano Vicente Antonio Bermúdez, que instruía casos vinculados con poderosos capos de la droga, fue asesinado de un tiro en la cabeza mientras hacía ejercicio en una zona próxima a su domicilio, en Metepec, municipio del área metropolitana de la Ciudad de México. Según informó la Fiscalía General, el magistrado, de 37 años, había salido de su casa la mañana del lunes para ir a correr, cuando un hombre se le acercó por la espalda, le disparó en la nuca y huyó.
Varios medios publicaron un video de una cámara de seguridad instalada en el lugar que muestra al juez en ropa deportiva trotando por una calle. Instantes después, un individuo vestido de negro y con la cara descubierta se le acerca por la espalda y le dispara a quemarropa en la cabeza. Bermúdez se desploma y el agresor se aleja corriendo junto con otro sujeto que viste una camiseta blanca. Los servicios de emergencia que acudieron por el aviso de los vecinos se llevaron al magistrado todavía con vida a una clínica cercana, donde murió.
Bermúdez tomó decisiones de alto impacto, que afectaron a distintos jefes de las mafias que operan en el país. La más sonada fue negar una petición de extradición a Estados Unidos a Joaquín el Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, hoy tras las rejas en una cárcel de Ciudad Juárez, que alegaba estar sufriendo violaciones a sus derechos humanos por parte del personal de las penitenciarías que ha visitado desde su recaptura en enero 2016.
El juez asesinado también tocó los intereses del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización criminal más pujante que disputa a Sinaloa el control del negocio de los narcóticos. El pasado mes de marzo, dictó prisión provisional contra Abigael González Valencia, el Cuini, señalado por las autoridades como uno de los cabecillas de la organización. Igualmente, suspendió la petición de traslado a otro penal de Gildardo López Astudillo, el Gil, considerado el jefe de sicarios del cártel de Guerreros Unidos y que presuntamente ordenó el asesinato de los 43 estudiantes de magisterio desaparecidos en septiembre de 2014.
El homicidio del juez Bermúdez ocurrió mientras la Unión Internacional de Magistrados celebraba su encuentro anual a pocos kilómetros de la escena del crimen. Durante el acto de inauguración, el presidente Enrique Peña Nieto ordenó a la Fiscalía asumir la investigación y hallar a los autores del crimen. Después, el titular de la Suprema Corte, Luis María Aguilar, condenó el atentado y pidió a las autoridades garantizar las condiciones de “seguridad y tranquilidad” necesarias para que los jueces puedan desempeñar su labor con independencia.
Bermúdez es el tercer magistrado mexicano que muere asesinado en menos de un mes. Dos fueron tiroteados en el violento estado de Guerrero, aunque él es el primer juez federal asesinado en los últimos seis años.