El alcalde de la capital del país, Enrique Peñalosa, anuncio que la Terminal de Transporte del norte de Bogotá quedó mal ubicada, por eso trabaja desde ya para que en un futuro se traslade a la calle 245, obviando el inconveniente de que su construcción no ha sido terminada.
Aunque la promesa de un terminal nuevo se hizo en el 2004, fue hasta el 2008 que se incluyó en el Plan de Desarrollo, en el cual se propuso una como una terminal definitiva, solo hasta noviembre del 2012 se logró firmar el contrato por 10.020 millones de pesos con Estructuras Especiales S.A., pero hasta el momento se han invertido 14.200 millones de pesos en esta obra que solo completa un 80 % en infraestructura presentando 6 años de retraso en su entrega.
“La terminal que se está haciendo quedó mal ubicada, muy pequeña, mal diseñada y tendrá que ser sustituida por una Terminal mucho más hacia el norte de la calle 193, donde haya esa integración, que los buses de Boyacá o Cundinamarca lleguen ahí y los pasajeros hagan transbordo en Transmilenio. Ya estamos trabajando este proyecto”, sostuvo el alcalde mayor.
No obstante, la obra en ejecución ni siquiera fue pensada como la terminal completa, se había pensado solo en construir dos plataformas, una para buses y otra para pasajeros, así como veinticuatro taquillas para la venta de pasajes. La terminal no está lista, su última fecha de entrega era el pasado 8 de agosto del 2015 y le fue otorgado un plazo anunciado el 29 de enero de este año, cuando después de una larga cadena de incumplimientos, el Distrito terminó el contrato inicial y la aseguradora Liberty asumió la responsabilidad de la construcción, falta ver que tan contraproducente será la nueva apreciación de la alcaldía actual.
Lo preocupante de la situación es que, mientras la construcción de la terminal sigue presentando contratiempos, ya se está pensado en una reubicación, dejando en segundo plano el caos vehicular que sigue en crecimiento en la autopista, no solo por la falta de estaciones para buses y pasajeros, también por las irregularidades a la hora de recoger a estos últimos, dejando los argumentos de su ubicación como insuficientes, especialmente porque hasta el momento la principal característica que presenta la terminal del norte es la de ser un hueco fiscal para el distrito.