El candidato Donald Trump, ha propuesto este lunes establecer un test para los inmigrantes que quieran entrar en Estados Unidos como parte de su estrategia antiterrorista. El magnate apuesta por un “escrutinio extremo”, pues según él, esto serviría para comprobar si los valores estadounidenses están presentes en los inmigrantes. También afirma que esto podrá mostrar si los visitantes tienen algún tipo de actitud hostil hacia el país.
En un discurso pronunciado en la Universidad Estatal de Youngstown (Ohio), Trump ha ideado parte de su plan para combatir el terrorismo yihadista, que activará si gana las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. El republicano, que se presenta como el “candidato de la ley y el orden”, quiere dar un nuevo rumbo a la política de seguridad del país y endurecer los controles de entrada.
“Sólo deberíamos admitir en este país a aquellos que comparten nuestros valores y respetan a nuestra gente. En la Guerra Fría, teníamos un test de escrutinio ideológico”, ha expuesto Trump, quien asegura que la lucha contra el terrorismo yihadista es la Guerra Fría de la generación actual.
“Además de revisar a todos los miembros y simpatizantes de grupos terroristas debemos filtrar a quienes tienen actitudes hostiles hacia nuestro país o sus principios, o creen que la ley islámica debería suplantar a la ley estadounidense”, ha señalado Trump y ha agregado que aquellos que no “crean” en la Constitución de EE.UU. o aquellos que apoyen “el fanatismo o el odio” no deberían ser admitidos en el país.
El polémico multimillonario ha protegido su propuesta y ha asegurado que la mayor parte de los ataques terroristas islámicos que ha sufrido recientemente EE.UU. está conectada con “inmigrantes o hijos de inmigrantes”. Como ejemplo de esa realidad, el aspirante republicano ha citado, entre otros, los atentados perpetrados en San Bernardino (diciembre de 2015) y Orlando (junio de 2016), dos crímenes que fueron cometidos por musulmanes estadounidenses que simpatizaban con el Estado Islámico.
Trump ha reiterado su idea de que Estados Unidos debe suspender temporalmente la inmigración desde “algunas de las regiones más peligrosas y volátiles del mundo que tienen un historial de exportación de terrorismo”. Sin embargo, no aclara qué países podrían verse afectados, pese a que hace unos meses abogó por prohibir el acceso de musulmanes al país para frenar la amenaza yihadista.
A diferencia de la semana pasada, cuando levantó una polvareda al describir a Barack Obama como el “fundador del EI” y a Hillary Clinton como la “confundadora”, el aspirante presidencial ha adoptado un tono más moderado y se ha limitado a tildar sus políticas de detonante del vacío que permitió en Irak el florecimiento del Estado Islámico.
Trump también ha afirmado que los yihadistas están “intentando infiltrarse entre los refugiados sirios” y ha aprovechado la ocasión para criticar a la ex secretaria de Estado y sus intenciones de incrementar la llegada de refugiados a Estados Unidos.
Estas declaraciones coinciden con el desplome de Trump en las encuestas, que lidera Clinton con un amplio margen a nivel nacional, si bien en algunos estados “bisagra”, como Ohio, que son claves para ganar las elecciones de noviembre, esa ventaja es más ajustada.