Las autoridades de Nueva York iniciaron una nueva campaña de búsqueda e identificación de restos de más de mil víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, en medio de renovadas quejas de las familias por la forma en que se realiza el proceso.
Expertos y forenses comenzaron esta mañana a analizar unos 450 metros cúbicos de escombros procedentes de obras realizadas en los últimos dos años y medio en la zona que rodea a las Torres Gemelas.
El análisis, supervisado por la oficina forense de la ciudad (OCME), tendrá lugar en una instalación municipal levantada junto al vertedero de Fresh Kills, en Staten Island, y se extenderá durante diez semanas.
Tal como se hace desde los atentados, cualquier resto que pueda hallarse será cotejado con el ADN de los familiares de los desaparecidos.
Sin embargo, la iniciativa no ha gustado a las asociaciones de familiares de las víctimas, que este fin de semana pidieron sin éxito que se paralizara hasta que se realice un mejor análisis de los escombros ya retirados y que la investigación esté a cargo de otras entidades.
En el pasado se han producido alegaciones de que OCME manejó mal el material genético procedente de los restos humanos encontrados entre los escombros que dejaron los atentados, lo que impidió realizar un número no precisado de identificaciones.
Dos asociaciones, “Padres y Familias de Bomberos del 11S” y “Víctimas del WTC” (World Trade Center), han convocado para hoy una protesta ante el Ayuntamiento para insistir en sus demandas, entre ellas que se detenga el nuevo proceso hasta que OCME sea puesta bajo tutela del estado de Nueva York.
“Todo ésto es un escándalo y nadie del Ayuntamiento nos escucha”, señaló Sally Regenhard, una portavoz de “Víctimas del WTC”.
Sin embargo, las autoridades municipales rechazaron aplazar el análisis iniciado hoy, que supone investigar el volumen de carga de unos 60 camiones de obras públicas, con material guardado desde junio de 2010.
El Ayuntamiento insiste en que la investigación continuará todo lo que haga falta.
“Los esfuerzos de la ciudad para tratar de identificar a todos los desaparecidos en el 11/S se han extendido durante más de una década y continuarán tanto como sea necesario. Procedemos según está previsto”, señaló una portavoz municipal, Samantha Levine.
En los atentados del 11S fallecieron unas 2.750 personas y hasta ahora sólo se ha identificado a 1.634, lo que significa que hay algo más de mil personas de las que no se ha encontrado todavía ningún resto.
El paso del tiempo no ha calmado la ansiedad de sus familiares, que siguen sin saber a ciencia cierta qué pasó con ellos y tampoco tienen un resto que llevar a un cementerio o crematorio.
Un caso especialmente llamativo ocurrió en agosto del año pasado, cuando la familia de Randy Scott, quien trabajaba en una firma financiera en una de las dos torres del WTC, recibió una nota manuscrita hallada entre los escombros que decía: “Piso 84 oficina oeste. 12 personas atrapadas”.
El autor de la nota, que fue hallada en la calle el día de los atentados y pasó por varias instituciones, fue identificado gracias a una gota de sangre cuyo ADN se pudo analizar y cotejar con los de los familiares de Scott.
El proceso de búsqueda de restos se aceleró en 2006, cuando se encontraron huesos humanos en una alcantarilla de la zona, y desde entonces se han identificado 34 nuevas víctimas y se han encontrado 2.435 fragmentos de víctimas ya identificadas, según las cifras oficiales.
Otros restos humanos no han podido ser identificados debido a que su material genético estaba demasiado dañado, y ahora mismo hay una disputa entre las familias de los desaparecidos y el centro de visitantes del 11S, donde se van a depositar los restos.
Los familiares buscan poder acceder en paz a esos restos, sin la multitud de turistas que cada día pasan por el memorial.
Con EFE