Ad portas de la salida del último borrador de la licitación de 4G, se sigue hablando de los temas y las inversiones que esta tecnología podría traer a Colombia al momento de su llegada.
Los operadores establecidos insisten en sacar a Claro de la subasta, mientras el operador dominante mantiene su posición de derecho a participar y de haber ganado su cuota de mercado a través de importantes inversiones. Para otros jugadores de la industria el debate es de cara al desarrollo económico.
Al segundo trimestre del año los servicios de internet móvil sobre 3g y 2g, tenían una participación de mercado por demanda (incluidos los planes pospago y el consumo de los usuarios prepago) de 78,98% para Claro, 11,39% para Movistar, 9,27% Tigo y 0,36% de Uff Móvil. Pero, cuando la pelea sea por banda ancha móvil, el tema de cubrimiento, servicio e inversión tendrá que aumentar, pues el salto a dicha tecnología no se podrá hacer de la noche a la mañana.
Lo que dicen los entrantes
Para Directv, una de las empresas que hoy no tiene operación móvil pero que ha señalado su interés por estar en la subasta, el tema de 4G va más allá del número de usuarios actuales. “Los operadores móviles siempre van a pensar en 4G como 3G + 1. Un operador que hoy en día no tiene operación móvil puede pensar diferente y, además, atacar el mercado de internet fijo. Nuestros clientes nos piden el servicio y esto nos da confianza de que lo podremos aprovechar, prestando un servicio de alta calidad, como lo hacemos en televisión”, dijo Roque Lombardo, presidente de la compañía en Colombia.
El ejecutivo agregó que a su juicio el despliegue de estas nuevas redes puede ayudar a la mejora en la calidad del sector, pues el mercado necesita más competencia y más espectro, al tiempo que se requiere de una regulación adecuada por la presencia de un operador dominante. “Las aplicaciones y los usuarios cada día demandan más capacidad y las redes y la tecnología actual simplemente no lograran cubrir esta demanda”.
Por su parte, Saúl Kattan, presidente de la ETB, indicó que su compañía seguirá interesada en participar siempre que el gobierno brinde las garantías necesarias. Adicionalmente, indicó que este sería un paso muy importante para el futuro de la empresa.
“No se le debería dejar a Claro participar. Obviamente esto no sería la única solución para regular el mercado pero sí una primera medida importante. No entiendo que nadie en el mundo pueda defender que la posición dominante, acercándose a un monopolio, es buena para una economía y mucho más en las telecomunicaciones que es la locomotora de locomotoras”, agregó al preguntársele por la polémica que ha generado la licitación.
Finalmente, Jorge Palacio, presidente de Avantel, señaló a este medio que hay temas que se han dejado de lado en la discusión y que son muy importantes para garantizar el dinamismo del mercado móvil. De acuerdo con el directivo, se trata del establecimiento de condiciones especiales que promuevan el ingreso de nuevos operadores: “es indispensable que los entrantes reciban un mayor cargo de acceso por las llamadas que se cursan hacia su red, ya que tienen mayores costos que los establecidos, con el fin de que les sea posible hacer ofertas atractivas, incluso planes de telefonía gratis”, dijo.
Con respecto al roaming nacional que se ha planteado en borradores anteriores y que quiere decir que los entrantes al mercado podrán utilizar la infraestructura de los establecidos, dijo que debería darse en condiciones especiales “no solamente porque ello promovería la competencia sino, también, porque para su despliegue ellos recibieron subsidio del Estado”.
Para, Julián Cardona, presidente de Aciem, para el país es muy importante la adjudicación a nuevos operadores pues esto permitirá fomentar la competencia a través de la reserva de bandas, no obstante, también se debe exigir a los operadores sacar el mayor provecho de la asignación actual a través de la evolución de la tecnología, incluida la entrada de nuevos equipos.
Erasmo Rojas, director ejecutivo de 4G Américas, Colombia debería copiar los ejemplos de Brasil y Chile donde la única limitación fue no entregar más de 40 MHz a operadores nuevos o entrantes.