Estados Unidos y “naciones aliadas” árabes iniciaron esta madrugada la ofensiva de ataques aéreos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria “usando una combinación de cazas, bombardeos y misiles Tomahawk”, según confirmó en Twitter el portavoz del Pentágono, el contralmirante John Kirby
El Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH, grupo opositor) asegura que medio centenar de combatientes yihadistas y ocho civiles habrían muerto en los más de cincuenta ataques aéreos llevados a cabo en varias provincias del país por la coalición internacional. En los ataques participan las “naciones aliadas” de Baréin, Jordania, Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes, según el Pentágono.
Uno de los objetivos de los ataques fue la antigua sede del Gobierno provincial de Raqqa, que el Estado Islámico había convertido en uno de sus cuarteles más importantes. En estos bombardeos, hubo víctimas, entre ellas comabtientes extremistas, pese a que el EI evacuó sus bases la semana pasada ante la inminencia de la ofensiva estadounidense. Mientras, en Deir al Zur, los aviones internacionales efectuaron veintidós ataques contra bases del EI en la población de Abu Kamal, fronteriza con Irak, y sus alrededores, y lanzaron otros ocho en la periferia este de la ciudad de Deir al Zur. El activista Mohamed al Jalif, de la organización opositora Red Sham, explicó a la agencia Efe que los bombardeos en Abu Kamal alcanzaron la Escuela Industrial -una de las bases del EI en la zona– y varios silos y puestos de control de los yihadistas. Según Al Jalif, hay un número indeterminado de muertos y heridos y los ataques han causado la destrucción de muchos edificios.
No obstante, los bombardeos no tienen como único objetivo al Estado Islámico, sino también la filial de Al Qaeda conocida como grupoKhorasan, que pertenece al Frente al Nusra y que “preparaba un ataque inminente” contra el país norteamericano e intereses occidentales. “EEUU lanzó ocho ataques contra el grupo Khorasan al oeste de Alepo en campos de entrenamiento, almacenes de explosivos e instalaciones de control y comunicaciones”, explicó el Mando Central estadounidense en un comunicado. Al menos 50 combatientes y ocho civiles habrían muerto en ataques contra tres cuarteles generales del Frente Al Nusra en Alepo e Idlib. Por el momento, se desconoce si algún combatiente del EI ha muerto o ha resultado herido en la ofensiva.
Esta operación fue exclusiva de las fuerzas de EEUU, mientras que que en los ataques aéreos contra el Estado Islámico participaron también las “naciones aliadas” de Baréin, Jordania, Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes. Se considera que el grupo Khorasan pertenece al Frente al Nusra, la mayor filial de Al Qaeda en Siria, y que combate tanto contra el régimen de Bachar al Asad como contra el Estado Islámico por territorios en el norte del país. Este grupo no era en principio objetivo de la ofensiva para frenar al EI, que este lunes pasó a una nueva fase con el inicio de los bombardeos en Siria.
El Mando Central tomó la decisión de iniciar los ataques sobre territorio sirio este lunes, tras recibir la autorización de Obama, explicó Kirby en un breve comunicado en el que no detalló más información “dado que la operación está en marcha”. Dos funcionarios del Ministerio de Defensa han identificado a Arabia Saudí, Jordania, Emiratos Árabes y Bahrein como los países socios de Estados Unidos implicados en este ataque, según ha avanzado The Washington Post. Sin embargo, sólo Jordania ha confirmado hasta el momento su implicación.
Mientras, el Gobierno sirio asegura que “horas antes de los bombardeos” recibió una carta del secretario de Estado John Kerry, a través del ministro de Exteriores iraquí, en la que se le informaba de que EEUU y sus aliados iban a lanzar la ofensiva aérea. Con el inicio de los ataques en Siria, ya están en marcha todas las operaciones de la ofensiva contra el EI anunciadas por Obama en un solemne discurso a la nación el pasado 10 de septiembre.
El presidente se ha resistido en el pasado a intervenir en Siria, donde hace un año se negó a atacar al régimen de Bachar al Assad por el uso de armas químicas. El avance en los últimos meses del EI, un grupo fortalecido en la guerra civil, y la brutalidad de sus decapitaciones de occidentales televisadas han obligado a Washington a lanzar una nueva operación militar en Oriente Medio tras una década de guerras en Irak y Afganistán, heredadas de George W. Bush.
Obama insiste en que esta operación será diferente de esas contiendas porque en ningún caso implicará el despliegue de tropas de combate sobre el terreno, pero enfrenta el escepticismo de quienes creen, incluso dentro del Pentágono, que es imposible vencer al EI sin desplegar tropas en tierra. Desde el anuncio de la ofensiva el 10 de septiembre, la Administración Obama y el Congreso de Estados Unidos han ido dando pasos para materializar la estrategia dibujada por el presidente.
El día 15, Estados Unidos lanzó el primer ataque contra el EI cerca de Bagdaden el marco de la ampliación de su ofensiva en Irak con el envío de 475 militares más, una cifra que completa un total de más de 1.600 desde el inicio de los ataques aéreos en ese país el pasado 8 de agosto. Hasta entonces, la ofensiva estadounidense contra el EI en Irak se había limitado a posiciones de los yihadistas en el norte del país para “proteger a su personal” o “por razones humanitarias”.
Tres días después, el Congreso autorizó el armamento de los rebeldes sirios que luchan contra el Estado Islámico, un “elemento clave” para Obama en su estrategia para frenar al grupo yihadista. El Estado Islámico, fortalecido en la guerra civil siria, no solo ganó poder y terreno en los últimos meses, sino también visibilidad. Sus avances en Irak y las brutales decapitaciones televisadas de occidentales han conmocionado al mundo y presentado a este grupo como una amenaza más temible aún que Al Qaeda.
Estados Unidos continúa construyendo una coalición lo más amplia posible de países para vencer a los yihadistas porque una de las líneas rojas de Obama es que el país, a diferencia de lo ocurrido en los años de George W.Bush, no actúe en solitario. La otra línea roja es que no haya tropas de combate terrestres ni en Irak ni en Siria, por lo que el presidente insiste en que esta operación no será un nuevo Irak ni un nuevo Afganistán.
Reino Unido aún no se ha decidido
El Gobierno de Reino Unido no ha decidido aún si se sumará a la campaña de ataques, según ha informado el Ministerio de Defensa británico. Aunque el Ministerio ha informado de que continúan las conversaciones para tomar la decisión, la oficina del primer ministro británico, David Cameron, ha asegurado que no forma parte de la coalición contra el Estado Islámico.
Mientras, el Gobierno de Damasco afirmó hoy que apoya y está listo para cooperar con “cualquier esfuerzo internacional” contra los grupos yihadistas, siempre y cuando se respete la soberanía nacional y sea de acuerdo a las resoluciones internacionales.