En el marco de una simpática entrevista en una canal de televisión estadounidense, el presidente hizo una entrevista de trabajo con el fin de buscar actividad una vez abandone la presidencia en los próximos meses. Tras ser preguntado por su Nobel, Obama, pensativo, reconoció no saber por qué había sido galardonado.
Dado que Barack Obama está a punto de dejar la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos se prestó para participar en un Late Show televisivo con la idea de hacerle una ‘entrevista de trabajo’.
El presentador del programa Stephen Colbert se hizo pasar por jefe de recursos humanos e hizo al presidente varias preguntas típicas de una entrevista de trabajo. El presentador empezó bromeando sobre “la falta de promoción” de los últimos ocho años de la carrera de Obama. El mandatario estadounidense respondió que en su último trabajo “no tuvo mucha oportunidad para el ascenso” y bromeó que el cargo más elevado lo ocupaba su esposa. Colbert también preguntó a Obama por su lugar de nacimiento y este se limitó a decir: “Vale, sigamos adelante”.
Posteriormente, el presentador se interesó por los logros y reconocimientos obtenidos por el candidato como parte de la entrevista por un puesto de trabajo. En ese momento Obama confesó en tono de broma que ignora por qué le concedieron el Premio Nobel de la Paz en 2009. “A decir verdad, todavía no sé por qué me concedieron el Premio Nobel de la Paz”, admitió en un tono chistoso, como se desarrolló toda la entrevista.
Colbert terminó la entrevista pidiendo a Obama que expresara su apoyo hacia alguno de los dos candidatos a la presidencia. Pero, en vez de preguntar directamente, el presentador pidió al presidente saliente que eligiera entre dos opciones: una barra nutritiva rica en fibra que “había viajado a más de 100 países” y una mandarina “ajada y reseca, cubierta del pelo dorado de un perro cobrador” que el presentador “no dejaría sola con una mujer a la que ame”. Obama, por descontado, optó por la barra.