Alrededor de 1.500 colombianos se han desplazado en la región colombiana de Arauca, fronteriza con Venezuela, tras la oleada de violencia que afronta la zona por la presencia de grupos armados que se disputan el territorio, según ha informado este domingo la Defensoría del Pueblo de Colombia.
«Hemos registrado un total de 1.486 personas de 455 familias afectadas. Las comunidades de Arauca no pueden seguir siendo afectadas por la violencia entre los grupos armados ilegales», ha denunciado el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, en su cuenta de Twitter.
Asimismo, la Defensoría, organismo encargado de velar por los Derechos Humanos en Colombia se ha pronunciado en Twitter sobre las cuatro personas que fueron secuestradas en Arauca, este sábado: «Hemos recibido confirmación que las 4 personas que habían sido llevadas contra su voluntad por grupos armados ilegales en Botalón y Puente Tabla, zonas rurales de Tame, hoy regresaron con sus familias».
En las últimas semanas se han producido violentos enfrentamientos en los municipios de Saravena, Tame, Fortul, Arauquita y la capital, Arauca, así como en el municipio de Cubará (Boyacá) que han dejado un saldo de al menos 34 homicidios, 269 declaraciones de desplazamiento forzado, cerca de 1.000 personas desplazadas, dos secuestros, y miles de araucanos confinados y con miedo ante las amenazas de los grupos armados.
El Sistema Integral para la Paz creado a raíz del acuerdo de 2016 entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) instó el sábado al Gobierno a facilitar diálogos humanitarios entre las organizaciones que protagonizan el recrudecimiento del conflicto en la frontera con Venezuela, fundamentalmente el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC.
Según el Sistema Integral de Paz, lo que sucede en Arauca parece ser la repetición de lo ocurrido entre 2005 y 2011, cuando las dos organizaciones guerrilleras se enfrentaron y provocaron el desplazamiento de cientos de habitantes del territorio, hubo un millar de muertos y desparecieron líderes comunales, defensores de Derechos Humanos y campesinos.
Ante las peticiones de abrir una negociación, el presidente colombiano, Iván Duque, descartó negociar con el «terrorismo» protegido por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y advirtió de que se trata de un «chantaje».