Dos policías fueron asesinados a tiros en una favela de Sao Paulo en momentos en que las autoridades de la mayor ciudad brasileña enfrentan una ola de criminalidad que ha dejado al menos 73 muertos en los últimos diez días.
Los agentes, que se encontraban fuera de servicio y de paisano, fueron tiroteados en Heliópolis, una violenta y enorme barriada pobre en la zona sur de Sao Paulo, según un boletín de la Policía Militarizada de Sao Paulo.
Los dos nuevos homicidios elevan a 88 el número de policías asesinados en lo que va del año en Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil, según las cifras oficiales.
El cabo Ailton Borges dos Santos y el policía Antonio Paulo da Rocha fueron tiroteados poco antes de la medianoche del miércoles cuando transitaban por la favela en motos. Los atacantes robaron una de las motocicletas, así como las armas y los documentos de los policías.
La dirección de la Policía Militarizada dijo desconocer lo que los agentes asesinados hacían en Heliópolis en la noche del miércoles y en medio de una ola de criminalidad que algunas organizaciones no gubernamentales atribuyen a una “guerra” entre policías y una organización criminal.
Tales versiones fueron reforzadas en los últimos días por el aumento del número de agentes atacados a tiros y por el hallazgo de una lista con los nombres de policías cuya muerte supuestamente fue encomendada por los líderes del Primer Comando de la Capital (PCC), una poderosa organización criminal comandada por delincuentes desde las prisiones de Sao Paulo.
Según dicha lista, el PCC ordenó la muerte de dos policías por cada miembro de la organización asesinado. La lista fue encontrada en un maletín en poder de un menor en una de las tres favelas ocupadas el miércoles por la Policía Militarizada de Sao Paulo por sospechar de que de dichas comunidades partieron las órdenes de ataques a los uniformados.
La serie de ataques que se viene registrando todas las noches en la mayor ciudad de Brasil en los últimos días dejó anoche al menos ocho muertos en diferentes municipios del área metropolitana de Sao Paulo, entre ellos los dos policías.
La gobernación de Sao Paulo atribuye la ola de asesinatos a una reacción de las organizaciones delictivas.
En medio de los ataques, del pánico generado por la criminalidad y de versiones según las cuales los habitantes de algunas regiones tienen que cumplir “toques de queda” en la noche por orden de los pistoleros, el Gobierno federal de Brasil admitió que alertó a las autoridades de Sao Paulo sobre el posible agravamiento de la violencia.
En principio, el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, admitió en declaraciones a periodistas que las autoridades de Sao Paulo rechazaron la ayuda ofrecida por la Policía Federal para combatir el crimen luego de que agencias de inteligencia advirtieran sobre planes de grupos criminales para incrementar sus ataques.
Después de la discrepancia entre el Gobierno federal y regional, que está en manos de la oposición, el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, aceptó el ofrecimiento de ayuda para combatir el crimen por parte de la presidenta Dilma Rousseff, quien según la estatal Agencia Brasil se entrevistó hoy telefónicamente con él.
Los mecanismos de ayuda por parte del Gobierno federal serán definidos la próxima semana en una reunión entre Alckmin, las fuerzas policiales y Cardozo, comisionado para el asunto por Rousseff.