Las autoridades estadounidenses avanzan lentamente en la investigación de los atentados de Boston, pero siguen sin disponer de pistas que permitan identificar a los autores, a lo que se añade que nadie se ha responsabilizado todavía de los hechos.
El único indicio que parecía hoy consolidarse es el que se refiere al dispositivo supuestamente utilizado por el autor o autores de las explosiones, aunque tampoco este elemento está ayudando de momento a orientar las sospechas hacia un autor exterior o interior.
Según trascendió hoy, al menos uno de los dos artefactos que estallaron el lunes en Boston al paso del maratón de Boston, y muy probablemente los dos, parece haber consistido en una simple carga explosiva colocada dentro de una olla a presión metálica.
Se trata de un dispositivo muy sencillo, de fácil fabricación, y común tanto entre los terroristas islámicos como entre los extremistas violentos y solitarios del interior de EE.UU.
La olla que pudo haber contenido el artefacto estaba dentro de una mochila o bolso de nailon negro, según fuentes de las fuerzas de seguridad citadas por varias cadenas de televisión estadounidenses.
El congresista republicano Michael McCaul, que pertenece al comité de Seguridad Nacional de la Cámara Baja, confirmó que las autoridades creen que los explosivos son probablemente “artefactos de ollas a presión”, similares a los explosivos rudimentarios usados contra las tropas estadounidenses en Afganistán e Irak.
Este tipo de bomba improvisada es uno de los preferidos de los militantes de la organización terrorista Al Qaeda y ha sido empleado en numerosos atentados en Oriente Medio, el norte de África y el Sureste Asiático.
El recurso a la olla a presión figuraba en uno de los números de la publicación digital Inspire, vinculada a Al Qaeda, del verano de 2010, donde se daban instrucciones sobre “Cómo fabricar una bomba en la cocina de tu madre”, según recordaban hoy el diario The Washington Post y la revista Time.
Pero también es una técnica muy apreciada por los grupos radicales estadounidenses y neonazis que le han declarado la guerra al Gobierno de Washington.
Es de fabricación muy sencilla y no se requiere para su uso ninguna instrucción que no pueda recibirse desde el anonimato de internet, lo que facilita cualquier acción difícilmente detectable por parte de un “lobo solitario”, como podría haber sido el caso de los atentados de Boston.
Las autoridades se inclinan a pensar que los artefactos del lunes pasado fueron detonados mediante un temporizador, y no por medio de teléfonos móviles, lo que habría revelado un nivel mayor de sofisticación y organización.
De acuerdo con la cadena Fox, en al menos uno de los artefactos la olla a presión estaba unida a una tabla de madera, a la que también había pegada una botella llena de clavos, bolas de rodamiento y perdigones.
Este aspecto, el que tiene que ver con el uso destructivo de la metralla, concuerda con el testimonio de varios de los médicos de urgencia que han tratado a los heridos durante las primeras horas, algunos de los cuales tuvieron que extraer de los cuerpos de las víctimas “40 o más” fragmentos metálicos punzantes.
Unas fotografías que están siendo examinadas por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) parecen sugerir igualmente que una de las bombas fue abandonada en una bolsa o mochila en el lugar de los hechos.
Las fotos muestran la zona cercana a la línea de meta antes y después del atentado. En la primera de ellas puede verse una bolsa cerca de un buzón de correos, apoyada contra una valla detrás de la que se agolpaban los espectadores.
En la segunda instantánea, inmediatamente después de la explosión, no hay rastro de la bolsa.
Las fotos, una de las numerosas pruebas que están siendo analizadas por el FBI, fueron remitidas por un testigo a la cadena de televisión WHDH, filial de NBC, que a su vez las envió a los federales, para ayudarles en sus pesquisas.
Con EFE.