Más de 300 organizaciones no gubernamentales (ONG) de Colombia y del exterior instaron este jueves al presidente Juan Manuel Santos y al Congreso a que retiren el proyecto de enmienda constitucional que busca reformar el fuero penal militar.
En una carta abierta a Santos y a los miembros del Legislativo, las ONG consideraron que, a cambio, el Estado colombiano debe aceptar la asesoría para “superar la impunidad” que propuso un grupo de expertos de derechos humanos de la ONU.
Las organizaciones aludieron a un mensaje, también abierto, que once relatores y grupos de trabajo de Naciones Unidas divulgaron el pasado 22 de octubre en Ginebra y en el que instaron a Gobierno y Congreso a que reconsideran el proyecto legal.
De ser aprobado, “se perjudicaría seriamente la administración de la justicia para casos de presuntas violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario, incluidos los crímenes graves, por parte de las fuerzas militares o de la policía”, advirtieron los expertos, que ofrecieron su asesoría a Colombia.
La iniciativa, de origen gubernamental, está pendiente de los dos últimos debates en el Senado, que deberá gestionarlo antes de que finalice el actual período de sesiones del Legislativo, que termina a mediados de diciembre próximo.
Las ONG que suscribieron la carta también consideraron que dicha iniciativa hace “previsible” la “impunidad de graves violaciones de los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario.
En Colombia persisten las ejecuciones sumarias, las torturas, las desapariciones forzadas, el reclutamiento forzado, la violencia sexual, las detenciones arbitrarias y los desplazamientos forzados, realidad que, según los firmantes de la misiva, hace imperioso que sea la justicia ordinaria la que asuma su conocimiento, y no tribunales militares.
La reforma, agregaron, promueve “cambios que beneficiarán a militares y policías implicados en graves violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario, sustrayéndolos de ser investigados por la justicia ordinaria”.
Lo hace al permitir que “la jurisdicción penal militar, carente de independencia e imparcialidad -por su rol en el conflicto armado y en la represión de asuntos de orden público-, sea facultada para que agentes del Estado, activos o en retiro, sean a la vez juez y parte en estas investigaciones penales”, escribieron luego.
Según las ONG, “estos cambios contravienen la jurisprudencia constitucional y los tratados y resoluciones internacionales que han limitado la jurisdicción penal militar a asuntos estrictamente relacionados con la disciplina interna de la fuerza pública”.
Las organizaciones también expresaron que indigna que recursos públicos puedan ir a “la defensa de militares y policías acusados de violaciones graves de los derechos humanos, delitos sexuales, narcotráfico, corrupción”.
Mientras, con la reforma, a las víctimas “se les coarta el derecho a ser tratados como iguales ante la ley y el derecho a acceder a la justicia en condiciones de igualdad e imparcialidad”, enfatizaron luego.
La carta está suscrita por asociaciones u organizaciones internacionales como Pax Christi, la Oficina de América Latina en Washington (Wola), Acción por la Paz Internacional y Oxfam, y nacionales de abogados, campesinos, de mujeres, indígenas, de negritudes, sindicales, de homosexuales, católicas y de otros credos.