Tras la polémica en torno a su convocatoria con la Selección, en Madrid se miraba con lupa el regreso de James al once inicial. Frente al Legia, en un encuentro claramente favorable para que pudiera reivindicarse, el colombiano obtuvo un aprobado justo con un rendimiento bastante regular para lo que nos tiene acostumbrado.
Aunque pudiera dar la sensación de ser un partido rutinario en Champions contra un rival bastante asequible, el encuentro de ayer significaba algo más para James Rodríguez. Tras la polémica desatada por su convocatoria con la selección, que conllevó un enfado en las oficinas del Bernabéu, muchos esperaban con uñas su regreso al once blanco. Frente al Legia, James tenía una oportunidad de oro para demostrar que merece un sitio entre los titulares. Pero su rendimiento distó mucho de lo que nos tiene acostumbrados. James, que volvía de una lesión en el sóleo izquierdo, tuvo un papel bastante discreto en el medio campo blanco.
Cierto es que Zidane sacó su once más ofensivo en el día de ayer. Y que esto, en cierta manera, haya podido perjudicar el desempeño del cucuteño sobre el césped. Pocas veces se podrá ver una alineación tan atacante en el Madrid, con dos mediapuntas consumados como Asensio y James acompañando a Kroos en el centro. El esquema obligaba a una labor más oscura del capitán tricolor. De esfuerzo y sacrificio para con el resto de sus compañeros. La misma versión que se le exigió en el último partido contra el Dortmund. Pero ayer James sufrió más de la cuenta y en numerosas veces se le pudo ver desubicado sobre el campo.
James intervino en 63 minutos del juego en los que apenas tuvo una ocasión destacable de cara a la portería contraria. Tan solo una asistencia a la que por poco no pudo llegar Cristiano, fue el mayor aroma de peligro que produjo ayer el colombiano. Su relevancia en la parcela ofensiva del equipo blanco fue nula. Correcto en la distribución, el ’10’ blanco lanzó 44 pases con acierto por tan solo cuatro fallos, para completar un 90 por ciento de precisión en el encuentro. Sus socios preferidos fueron Gareth Bale, Benzemá y Marcelo, con seis pases a cada uno. Donde sí estuvo más aplicado James, fue en la labor de contención. El de Cúcuta tuvo un robo de balón y cometió dos faltas en el centro del campo. Pero sobre todo en los minutos que estuvo sobre el césped se desfondó para evitar que el equipo se partiera en dos. Es ahí donde hasta el mismísimo Zidane le reconoció su labor en la rueda de prensa posterior.
Sus rivales por el puesto aprietan
El problema de James en el día de ayer no fue tanto que no sacara su mejor versión, sino que sus rivales directos por el puesto en el once se reivindicaron en la noche de Champions. El joven Marco Asensio, el nuevo ‘niño mimado’ de Florentino y uno de los mayores dolores de cabeza para James, tuvo unos 80 minutos bastantes completos. El mallorquín anotó el tercer tanto del encuentro y tuvo mayor participación en el ataque con dos lanzamientos a puerta. Además fue el tercer jugador con más kilómetros recorridos, con 10.3.
También Lucas Vázquez, otro de los rivales directos de James por el puesto tuvo una aportación notable en los 30 minutos en los que sustituyó al colombiano. Su golazo de volea levantó al Bernabéu del tedio. Era el segundo balón que tocaba en la noche. Y ya en los minutos del aburrimiento, también Morata se unió a la fiesta, confirmando que la lucha para tener un puesto en la titular blanca está bastante cara.