Alejandro Ordoñez Maldonado demostró su poder omnipotente. Cuando el Congreso lo reelija para su nuevo periodo como Procurador se convertirá en el nuevo patrón de la política en Colombia. Su reelección la construyó sobre la intimidación a los Partidos políticos, a una Corte Suprema de Justicia que prefirió nominarlo antes que aceptar sus inhabilidades, y a un gobierno que no quiso incomodar el mandamiento de su batuta insalvable. Los tres poderes rendidos ante un inteligente jugador que fungirá como la voz de la conciencia del Estado, la pregunta es ¿un Estado de Derecho?
El Congreso votará esta tarde y elegirá a Alejandro Ordóñez para que sigua al frente del ministerio público por cuatro años más. De nada valdrán, hasta ahora, las voces opositoras y el inconformismo ciudadano frente a la reelección del polémico funcionario.
Los demás candidatos nunca tuvieron garantías. Ni Orlando Suárez Gallo, ni María Mercedes López ni ningún ternado que se parará frente a Alejandro Ordóñez podría tener posibilidades reales de arrebatarle al abogado santandereano la jefatura de la poderosa Procuraduría General de la Nación.
Desde agosto de este año, cuando el Procurador manifestó su intención de permanecer al frente del ente de control y cuando la Corte Suprema de Justicia avaló e impulsó su candidatura a un segundo periodo consecutivo, la reelección de Ordóñez se convirtió en el eje de la política nacional.
De nada vale que el Consejo de Estado haya nombrado al doctor en ciencias jurídicas, Orlando Gallo Suárez ni que el gobierno nacional haya postulado a la magistrada María Mercedes López para tratar de hacer contrapeso a un candidato que ya aceitaba una maquinaria para permanecer en el cargo. Ninguno de los dos candidatos era un “gallo” de pelea ante el poder que Ordoñez fue ejerciendo sobre los distintos estamentos de la institucionalidad.
Comprometió los votos del partido Conservador, del grueso del partido de la U, del Pin arrodilló al Partido Liberal, y a Cambio Radical, colectividades que hacen suficiente la fuerza electoral para salir reelegido. Los congresistas que soportan su poder en los gobernadores y alcaldes de las regiones donde obtienen sus votos, prefirieron decirle si a Ordoñez, antes que exponerse a una suspensión definitiva de sus cargos.
Hoy renunció a la terna, María Mercedes López. Y esta dimisión no solo es una anécdota frente a lo que se da como un hecho cantado. “Si no hay terna no puede haber elección”, ha afirmado el constitucionalista Juan Manuel Charry a Confidencial Colombia pero esto no le importará al legislativo, que seguirá adelante con el cumplimiento de su promesa.
En una sesión plenaria del Senado, que comenzó hace unas horas, los parlamentarios discutirán los impedimentos de los 31 senadores que tendrían que declararse impedidos para votar al Procurador.
Luego, y durante varias horas, discutirán la propuesta de la ahora ex candidata López de aplazar la elección para que ella, que ya no hace parte de la terna, pueda reunirse con las bancadas que aún no ha visitado para intentar convencerlos de que voten por ella. Pero con seguridad que nada de esto, logrará aplazar que la Unidad Nacional, en concordancia con la venia que ya tiene del gobierno, sigan adelante con la votación.
Las redes sociales están hoy al rojo vivo con este tema. Hay campañas globales como las de avaaz.org que con mas de 17 millones de seguidores en el mundo, han decidido movilizarse para subrayar los riesgos de que una elección, y así evitar que se consolide una elección que consideran ilegitima.
#ChaoProcurador, el hashtag que logró ser durante varias horas una tendencia en Colombia, será otra de las anécdotas de la voz de los miles de ciudadanos que se han volcado a rogarle al Congreso de la republica que consideren sus peticiones para que Ordoñez no se consolide como el nuevo patrón de la política y del más cerrado conservadurismo en un país que se esmera por abrir y mantener los espacios que privilegian las libertades individuales, la construcción de la paz, y el progresismo.