La Feria Internacional del Libro sirvió de escenario para el lanzamiento de la obra, “Palabras Fantasmas, Pantallas Voraces”, el cual hace una defensa de las personas que escriben para cine o televisión por cuanto suelen ser completamente invisibles ante la sociedad y los medios.
El autor de este libro, Andrés Romero le dijo a Confidencial Colombia que lamentablemente en el cine o en la televisión los guionistas prácticamente no aparecen. Anotó que esta crítica en cierto modo es una rectificación en favor de los seres humanos que son capaces de crear circunstancias y obras de gran relevancia.
Romero Baltodano quien también es realizador, comentó qué la industria debe entender que los guionistas deben aparecer en las realizaciones porque sin estos creativos, sencilla y llanamente no hay producto, es decir no hay ni cine ni televisión.
“Los cineastas en general desempeñan los dos papeles y llegan al punto cuestionable de despreciar al guionista haciendo finalmente y de manera despectiva lo que les viene en gana”, comentó Romero.
Para el autor, el punto de partida de su ejemplar es la reivindicación de la profesión en términos no industriales, rescatando la condición humana rodeada de talento y arte que le permite escribir e imaginar mundos individuales, alejados del marketing y el mercadeo.
“El ser humano debe crear desde su óptica, apelando a un método y a unos pasos para esa concepción con el fin de potenciar los trabajos. Lo cierto es que defiendo en este libro el acto de escribir y el principio de que los guiones son una creación literaria, de igual forma defiendo el hecho de que cada guionista debe escribir lo que sienta y darle vida a la historia que quiera contar”, declaró el escritor.
Aclaró que el lío de obviar el trabajo de los guionistas es universal en donde son responsables la industria, los medios de comunicación y la terrible falencia de expertos y críticos de temas especializados en cine, arte, pintura y música. “Ya no hay critica real y reconocida sobre estos temas. Prácticamente se acabó la información cultural y estructurada como hace 20 años”.
En opinión de este escritor, hay un grave error en algunos medios que presentan secciones de cultura y entretenimiento porque el arte y la expresión artística no son tan solo un pasatiempo. Muchos ignoran que el arte es la historia emocional del mundo y una manera de abrir ventanas. “Cuando leo a los grandes maestros, a las grandes plumas no esto descansando, simplemente estoy abriendo puertas a mi interior, pero jamás estoy en una playa”.
El tema es tan interesante que inclusive contempla aspectos elementales del libre comercio o de los pactos bilaterales tales como derechos de autor y propiedad intelectual. Actualmente en Estados Unidos existe un sindicato de guionistas que tienen base en Hollywood, pero allí la defensa opera como industria.
Especificó que el problema no es de reivindicar derechos económicos o contractuales sino el derecho intelectual del autor. Consideró que la situación es tan perversa que la gente cuando habla de películas, habla es de los actores, eso, dijo, es cómo hablar del títere, pero no del dramaturgo.
“No estoy diciendo que los actores sean títeres pues son gente respetable, con un gran trabajo, pero lo que digo es que para que el actor trabaje debe haber un elemento esencial. La génesis para que ese personaje esté haciendo de pirata, es un guionista”, declaró Romero.
El autor de Palabras fantasmas, Pantallas voraces afirma que ya viene una segunda parte del libro que busca hacer visible la labor de los guionistas.
“Esta es toda una declaración de derechos y principios, me siento como Antonio Nariño. Tal vez hay una oportunidad de corregir con los medios, pero el asunto es que estos están capturados desde adentro por la misma industria con el agravante que los medios son propiedad de los grupos económicos”, afirmó.
El experto señala que el cine visible, como dicen muchos “se ha putiado” por estar sobre engranajes de convertir el cine en un pasatiempo y un producto. Insiste que quienes han postrado el cine son aquellos que lo ven, no cómo un arte sino como un paquete de papas o como el modelo de un carro. Este problema de experimenta desde 1895.
En si consideración, si bien en el cine hubo grandes productores y guionistas, lo cierto es que hoy también hay grandes talentos que se compaginan perfectamente con la tecnología y las redes sociales. “La información está cómo en mil bibliotecas de Alejandría, el problema es que mientras toda esa información está, la juventud prefiere, no ver la dimensión de la biblioteca sino un libro llamado Shakira”.
Graficas de primera
El libro Palabras Fantasmas, Pantallas Voraces fue graficado por Sara Patiño Sierra, una joven antioqueña egresada del Politécnico Gran Colombiano y que en su corta vida profesional está en la mira de grandes casas de publicidad.
Esta talentosa hija de Medellín narró que la técnica utilizada se conoce cómo ilustración digital, empleando tinta china y collage en fotoshop.
“Afortunadamente la literatura y los medios le abren espacio al talento y es por eso que me siento gratificada con este trabajo. Mis metas son ambiciosas, pero camino con humildad por estos incipientes peldaños”, indicó.
En su trabajo, Patiño utiliza imágenes de diferentes actividades humanas en donde la pantalla de la televisión es el complemento o el centro de todo. Aseveró que el libro debe ser un vehículo para conjurar los fantasmas y traer a la vida esa ingeniosa virtud humana que crea y gesta buen cine, de igual forma para terminar la voracidad que sin duda campea en las pantallas.