Los productores de palma de aceite con operaciones en Tumaco (Nariño), aseguraron que están dispuestos a dejar la zona como consecuencia de los graves y permanentes acechos de las bandas criminales
Los productores de palma de aceite con operaciones de agroindustria en Tumaco (Nariño) desde hace 50 años, aseguraron que están dispuestos a dejar la zona como consecuencia de los graves y permanentes acechos de las bandas criminales y terroristas que delinquen en la región y que ponen en franco riesgo esta actividad económica.
El presidente de la Federación Nacional de Productores de Palma de Aceite (Fedepalma), Jens Mesa Dishington le dijo a Confidencial Colombia que lamentablemente el gremio estudia esa posibilidad ante la ausencia de autoridad y de institucionalidad en ese sector del Pacífico colombiano.
Según el dirigente gremial, en Tumaco y en sus zonas rurales hay activa presencia de guerrilla, narcotráfico, delincuencia común y bandas criminales (Bacrim) que tienen en seria y permanente amenaza a la población civil y a los empresarios como los de la agroindustria. Mesa aseguró que sobre este inconveniente fueron notificados de tiempo atrás los ministros de Defensa y de Agricultura.
En consideración del presidente de Fedepalma es prácticamente imposible vivir y trabajar en Tumaco en donde el común denominador es la inseguridad y la deplorable ausencia del estado. El gremio palmicultor expresó que la única solución para seguir en la zona es un apoyo decidido y generoso del gobierno en donde ganen los habitantes de esta sitiada población, el comercio y el sector productivo.
“Sin la presencia del estado y sin la autoridad que de este se demanda, en Tumaco y en el país será muy difícil seguir generando empleos, llevando ingresos y calidad de vida así como fomentando progreso. Infortunadamente es inviable promover hasta las políticas de responsabilidad social con las comunidades, estamos en alto riesgo”, declaró Mesa Dishington.
El señor Mesa dijo que el cultivo de palma de aceite en este apartado municipio de Colombia se ha traducido en bienestar para miles de familias. Aparte de la amenaza delincuencial, en la región se han reportado millonarias pérdidas económicas originadas por una emergencia sanitaria que suma un motivo más para encender las alarmas y suponer que no será larga la permanencia de esta agroindustria en Tumaco.
Algunos favores
En medio de los acontecimientos hay que reconocer que con el apoyo del ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, avanza la campaña, “Reactiva la Tierra, Reactiva la Palma”, que tiene como fin único erradicar de las plantaciones la enfermedad conocida como Pudrición del Cogollo que golpea fuertemente los ingresos de los pequeños y medianos agricultores dedicados a este cultivo.
Con este plan se le quiere inyectar mayor dinamismo a la zona, sin embargo Fedepalma asegura que todos los esfuerzos serán inútiles si no se le pone talanquera a la inseguridad que no mide impactos, ni conoce el beneficio común que tanto ayuda a la población económicamente vulnerable pues allí solo se miran intereses particulares de bandas y grupos al margen de la ley los cuales anteponen sus ilegales provechos por encima de la legitimidad, la constitucionalidad y de la misma, pero ausente institucionalidad.
Tumaco llegó a tener 35.000 hectáreas, pero entre 2007 y 2008 la producción bajó por los inconvenientes fitosanitarios. Como una muestra de confianza en la región, Fedepalma está dispuesta a erigir un centro de investigación para palma, pues con la pérdida de 30.000 hectáreas lo ideal es trabajar en prevención. El gremio destaca que después de la tragedia sanitaria, los empresario renovaron más de 15.000 hectáreas en medio de lo intermitente e insuficiente de la ayuda gubernamental.
La Pudrición de Cogollo dejó unas pérdidas tan grandes que las 30.000 hectáreas fácilmente costaban entre 500.000 y 600.000 pesos, partiendo que la inversión por hectáreas es de 12 millones de pesos en promedio. “Esa suma para la zona es un revés económico muy, pero muy lamentable”.
Tumaco llegó a producir 100.000 toneladas de aceite de palma al año, pero con los problemas de Cogollo esta bajo a 3.000 toneladas. El último reporte es que los nuevos cultivos son promisorios y pueden estar marcando el resurgir de esta población nariñense.
Mesa Dishington afirmó que el gobierno debe echar mano de la agricultura lícita con productos como cacao, forestales, palma y cultivos tropicales para desplazar los cultivos ilícitos que son los que finalmente alimentan todas las mafias y todos los grupos ilegales.
Para Fedepalma, es urgente percibir del ejecutivo mayor claridad sobre sus políticas económicas y de seguridad con el fin de poderle dar continuidad a las actividades económicas que dan oportunidades y que fomentan inclusión social así como para poder reactivar otros sectores productivos, que sumados le darán mayor impulso a este olvidado rincón candente de Colombia el cual está llamado a ser protagonista con los acuerdos comerciales que ya se hacen con los países de la llamada Cuenca del Pacífico.