Papa Francisco celebró la primera audiencia de su pontificado

Francisco celebró hoy la primera audiencia de su pontificado, en la que dijo que la Semana Santa significa “salir de nosotros mismos para ir a la periferia al encuentro de los más alejados, de los olvidados, de quienes necesitan comprensión, consuelo y ayuda”.

Ante unas 20.000 personas reunidas en la plaza de San Pedro, el papa Bergoglio continuó la costumbre de sus antecesores de reunirse los miércoles con los fieles de todo el mundo. Hoy sus primeras palabras fueron: “recojo el testigo de las manos de mi antecesor, Benedicto XVI”.

El papa argentino dedicó la catequesis de su primer encuentro público a la Semana Santa, centro del Año litúrgico, y se preguntó qué significa para los cristianos vivir este tiempo, “qué significa seguir a Jesús en su camino hacia el Calvario, hacia la Cruz y la Resurrección?”.

“Vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús quiere decir aprender a salir de nosotros mismos, ir al encuentro de los otros, ir a la periferia, ser los primeros en movernos hacia nuestros hermanos, sobre todo hacia los que están más lejos, aquellos que están olvidados, aquellos que necesitan comprensión, consuelo y ayuda”, afirmó el papa.

El pontífice agregó: “!Hay tanta necesidad de llevar la presencia viva de Jesús misericordioso y rico de amor¡”. Francisco afirmó que Dios salió de si mismo para venir entre los hombres, “puso su tienda entre nosotros para traernos misericordia!” y por ello los hombres tienen que seguirlo y permanecer con él.

“No podemos contentarnos con permanecer en el recinto de las noventa y nueve ovejas, tenemos que salir, buscar con Él a la oveja descarriada, aquella más lejana”, exhortó.

Criticó el que muchas veces los cristianos digan “no tengo tiempo”, “tengo tanto que hacer”, “es difícil”, “que puedo hacer con mis pocas fuerzas” y aseguró que si los fieles no tienen la “valentía” de salir a llevar a Cristo, “seremos como san Pedro, quien nada más hablar Cristo de pasión, muerte y resurrección, de entrega de sí, de amor hacia todos, el apóstol lo reprendió”.

“Lo que dice Jesús rompe sus planes, aparece inaceptable, pone en dificultad las seguridades que se había construido, su idea del Mesías. Y Jesús miró a sus discípulos y miró a Pedro y le dice una de las palabras más duras del Evangelio: “atrás Satanás, ya que no piensas según Dios, sino según los hombres”.

Dios -subrayó Francisco- piensa con misericordia, “como el padre que espera el regreso del hijo y va a su encuentro, lo ve venir cuando está lejos, señal que lo esperaba todos los días desde la terraza de su casa”.

“Dios socorre sin pedir nada a cambio, Dios piensa como el pastor que dona su vida por defender y salvar a las ovejas”, agregó.
El papa dijo también que da pena ver tantas parroquias cerradas y que es necesario llevar la luz y la alegría de la fe.

Francisco uso el idioma italiano durante toda la audiencia. Hasta ahora, tras la catequesis, Benedicto XVI pronunciaba un resumen de la misma en diferentes idiomas (español, francés, inglés, alemán, polaco y de los países del este europeo) y saludaba a los fieles de esas naciones en su idiomas, incluso en árabe.

En la audiencia de hoy, los resúmenes en esos idiomas los pronunció un monseñor del Vaticano, así como el saludo del papa. Francisco habló todo en italiano, incluso cuando se dirigió a los fieles españoles, argentinos y de otros países latinoamericanos presentes, lo que desilusionó a muchos de los presentes, que querían escuchar en español al primer papa Latinoamericano.

A la audiencia asistieron unas 20.000 personas, que le acogieron con “Viva el papa”, “está es la juventud del papa” y “te queremos”, entre otros eslóganes coreados por los presentes, entre ellos varios miles de jóvenes españoles y latinoamericanos.

El obispo de Roma recorrió el recinto vaticano en el papamovil y en la misma línea que en estos primeros días de pontificado, besó a niños y saludó a los numerosos fieles presentes.

Saludó calurosamente a numerosos jóvenes argentinos, con los que departió largamente y no dudó en abrazarlos. El Jueves Santo, el papa oficiará en la basílica de San Pedro la Misa Crismal, que marca el comienzo del Triduo Pascual, y por la tarde oficiará la Misa de la Cena del Señor en el reformatorio de menores de Casal del Marmo, en las afueras de Roma. Allí, el papa lavará los pies de doce menores, de diferentes religiones, recluidos en ese centro.

Con EFE.