En estos días, debilitar a la Casa Blanca desde el viejo estereotipo hollywoodense no es una idea tan inhóspita. En vez de una eterna balacera y un Capitán América para salvarla, la polarización de los partidos Demócrata y Republicano, por la aprobación del presupuesto estatal, mantiene congeladas las funciones gubernamentales del “Palacio de la justicia blanco”, al punto de que alguno de los legisladores tendrá que vestir ‘capa y corbata’ para convertirse en el héroe de esta historieta. ¿Quién será?
Toda cuestión que afecte el movimiento de las acciones legislativas de Estados Unidos, especialmente en la economía, incide directamente en las relaciones diplomáticas y los acuerdos transnacionales de todo el mundo. Con la parálisis gubernamental estadounidense por la detención del programa de salud Obamacare, no solo cientos de empleados norteamericanos seguirán sin licencia de sueldo, sino que también alrededor del globo, el desarrollo económico de las relaciones con este país “tendrá un ligero detrimento”, señalan fuentes locales.
Con parques nacionales clausurados, muesos cerrados, el servicio público detenido y todo tipo de actividad rutinaria para la atracción de los negocios y el turismo estancada, los organismos migratorios además de la prensa, sugieren a los turistas posponer los viajes y apuntar a otro destino mientras que se solucione la situación.
Pese a que la Casa Blanca y el Congreso no están al borde de una destrucción masiva al estilo hollywoodense, la ausencia de un acuerdo entre las dos partes podría resultar en un debilitamiento significativo.
Así las cosas, ¿cuál es la salida de este fuego cruzado entre Republicanos y Demócratas y quién ganará el pulso político?
La diatriba del Obamacare
El programa de seguros médicos, impulsado por el presidente desde el 2010, ha sido tema de varias discusiones con los republicanos quienes han intentado tumbarla unas 43 veces con diferentes iniciativas en el Congreso, todas terminadas en fracaso.
Según los republicanos, la expansión del sistema de salud equivale a la expansión del gobierno y sus controles, incluyendo la creación de nuevos impuestos y la erradicación del empleo. Además, señalan que muchas compañías prefieren reducir sus nóminas para evitar tener que cumplir con algunos aspectos de la reforma impuesta por Obama.
Luego de que el presidente fuera reelecto en el 2012, el aspirante a la presidencia Mitt Romney, rechazó la reforma sanitaria demócrata a la que calificó como una “máquina de destruir empleos”.
A esta declaración se sumó en los últimos días el senador texano Ted Cruz, quien habló en contra de la reforma a la salud demócrata por 21 horas seguidas y afirmó que al igual que en las películas de Star Wars, “el Imperio (demócrata) debe devolver el golpe”,
Efectivamente la parálisis política en el Congreso fue este golpe republicano en función de enviarle un ultimátum al presidente Obama para expulse del sistema la reforma sanitaria que continua en vigencia, ya que no depende de un presupuesto estatal.
Por su parte el jefe de Estado norteamericano, declaró que el cierre gubernamental es una “cruzada ideológica” que se debe a diferencias con los republicanos, “quienes no han tenido la disposición acordar un nuevo presupuesto. No negociare bajo estas amenazas”…
En respuesta, el presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, acusó al mandatario de aplicar una política de “tierra arrasada al rehusarse a negociar”.
“Los demócratas en Washington han cerrado la puerta a la posibilidad de reabrir el gobierno al rehusarse a entablar negociaciones bipartidistas”, agregó.
Reabrir parques o invertir en el cáncer
Los republicanos intentaron aprobar medidas parciales este martes como la reinauguración de los parques, museos, monumentos nacionales, además el departamento de los veteranos de guerra y la investigación del cáncer. Medidas que no tienen presupuesto autónomo.
“Esas propuestas muestran la falta total de seriedad de los republicanos”, indicó el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.
“No nos forzarán a tener que elegir entre los parques y la investigación sobre el cáncer, o el FBI”, dijo el líder del Senado Harry Reid.
De igual manera, las fuerzas armadas y los organismos de control seguirán en operación con normalidad, sin embargo el Pentágono cesará temporalmente casi la mitad de sus 800.000 empleados civiles.
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