Patarroyo: “El costo económico de la malaria es causa de subdesarrollo”

Inmerso en una pelea para poder continuar sus investigaciones sobre la vacuna contra la malaria, el científico Manuel Elkin Patarroyo afirma en una entrevista que no aspira “a sacar nada diferente al placer y la alegría de resolver el problema para bienestar de toda la humanidad”.

La malaria o paludismo mata a “un millón y medio de personas al año, de las que el 75% son niños menores de cinco años que viven, principalmente, en el África subsahariana”, destaca Manuel Elkin Patarroyo, director de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia y descubridor de la primera vacuna contra esta enfermedad.

Asimismo, el científico colombiano señala que doscientos millones de personas se enferman de malaria anualmente y asegura que “una vacuna totalmente efectiva reduciría drásticamente estas cifras”.

“Además, el costo económico de la malaria es causa de subdesarrollo en los países pobres”, declara.

En este sentido, el investigador explica que aquellos países en los que la malaria es endémica ven muy disminuida su productividad, ya que la enfermedad reduce la capacidad de trabajo de las personas.

“A esto hay que añadir el gasto en medicamentos, en fumigaciones con insecticida y en mosquiteras impregnadas con dicho producto. De este modo, se calcula que el coste económico para África es de aproximadamente unos doce mil millones de dólares al año”, indica el científico.

Patarroyo trabaja desde hace años en una vacuna para combatir esta enfermedad. No obstante, sus investigaciones han sufrido un parón pues el especialista ha sido acusado de tráfico y maltrato de animales. De hecho, la estación de experimentación donde su equipo trabaja con monos se encuentra cerrada desde hace varios meses. “Es el cuarto cierre de nuestra estación, lo que ha significado por lo menos tres años de retraso en el desarrollo de la vacuna”, subraya.

El investigador asegura que con dicha vacuna no pretende obtener dinero ni poder. “Yo no aspiro a sacar nada diferente al placer y la alegría de resolver el problema para bienestar de toda la humanidad”, destaca. “El que no se muera un niño más debido a la malaria será mi felicidad”, recalca.

VACUNAS QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS

Patarroyo apuesta por una vacuna química para poner freno a la malaria, pues considera que este tipo de vacunas ofrecen ciertas ventajas sobre las biológicas. Según explica, “en una vacuna química se pueden modificar las moléculas para aumentar la eficacia y quitarle efectos secundarios”.

Además, el investigador precisa que es posible producir grandes cantidades a bajo precio y señala que se trata de un producto estable a temperatura ambiente, “por lo que se puede enviar sin cadena de frío a cualquier lugar”.

El científico considera que una vacuna protege contra la malaria si su eficacia es del 100%, es decir, si no hay ni un solo parásito en la sangre.

El parásito causante de esta enfermedad se transmite a través de la picadura de ciertos tipos de mosquito. Una vez en el organismo humano, se multiplica en el hígado y más tarde infecta los glóbulos rojos.

El colombiano precisa que este parásito “puede reproducirse unas cincuenta veces cada cuarenta y ocho horas. Así, si hay un solo glóbulo rojo de cada mil infectado, en dos días podría haber ya cincuenta de cada mil y en cuatro días la cifra sería de unos 2.500, lo que representa un número imposible de manejar”.

“De este modo, que hubiera un glóbulo rojo de cada mil infectados por el parásito de la malaria, serÌa como si en una manifestación de mil personas hubiera un terrorista. Esa es la analogía, porque el terrorista puede destruir lo que hay alrededor”, apunta.

Para Patarroyo, la única vía para conseguir una vacuna eficaz contra esta enfermedad es la química y asegura haberlo demostrado en los monos.

El investigador insiste en que por el camino biológico “no hay salida”. En este sentido, afirma que ya se han ensayado “192 vacunas distintas con cero resultados. Algunas tienen consecuencias secundarias negativas, pues pueden inducir anemia, vasculitis o incluso shock”.

Manuel Elkin Patarroyo, galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1994, se muestra dispuesto a luchar para proseguir con sus investigaciones, pese a las adversidades.

“Nosotros teníamos al año un promedio de 3.900.000 de dólares para nuestro funcionamiento, pero estamos en cero hoy en día”, se lamenta.

Precisamente, el 25 de abril se conmemora el día mundial de la malaria, con el lema: “Invierte en el futuro. Vence al paludismo”. En este sentido, Patarroyo señala: ” la crisis económica se ha dejado notar en las investigaciones relativas a la malaria. ¿Por qué se pone dinero para salvaguardar los bancos pero no las vidas?”.