Tras cumplir dos años de gobierno el Presidente mexicano no la pasa bien. Las marchas de protesta en varios municipios del país azteca se dan casi a diario, la gente que dice no tener miedo sigue reclamando a los 43 de Ayotzinapa con vida y al unísono en las calles se oye “Fuera Peña”.
A más de dos meses de la desaparición en Iguala de 43 estudiantes que la Procuraduría General de la República aún considera como desaparecidos, pero que según testimonios de algunos capturados fueron asesinados a manos del grupo criminal Guerreros Unidos, el presidente Enrique Peña Nieto había anunciado por primera vez su presencia en donde ocurrieron los hechos que hoy representan la peor crisis de lo que lleva su periodo como Jefe de Estado.
Sin embargo la noticia poco a poco se fue dilatando hasta que faltando un día para su presunta visita que iba a ser este 3 de diciembre fuera cancelada de momento, según información de la Presidencia. Este se convierte en un hecho más para que los ciudadanos mexicanos sigan arremetiendo en su contra, continúen sin confiar en las entidades estatales e insistan en pedir su renuncia.
Una vez la Procuraduría del país anunciara que dos miembros de Guerreros Unidos confesaran que los 43 estudiantes desaparecidos en el estado de Guerrero el pasado 26 de septiembre habrían sido asesinados, quemados y sus restos puestos en bolsas que después botaron a un río, el Presidente decidió desafiar a los mexicanos que solicitaban su presencia en el país para encontrar soluciones y respuestas a este caso, partiendo a una gira internacional en Austria y China.
Ahora le incumple a la población del Estado de Guerrero, lugar que hoy atraviesa una fuerte crisis de seguridad que se ha hecho visible no sólo en México sino en el mundo entero, después de la desaparición de los normalistas.
Gracias a la investigación de los 43 se encontraron un sinnúmero de fosas comunes en la que se hallaron restos humanos que no pertenecían a los estudiantes. Hoy muchos de los habitantes de este Estado hacen largas filas para dar pruebas de ADN que permitan especificar si alguno de los cuerpos encontrados en las fosas pertenecen a los de sus cónyuges, hermanos o hijos que han desaparecido forzosamente uno a uno en los últimos años, desde que se intensificó la guerra del Gobierno contra en narcotráfico.
El mismo Peña Nieto ha reconocido que este es un caso que marcó un antes y un después de su periodo presidencial y medios mexicanos aseguran que canceló su viaje debido a las multitudinarias protestas que hoy sólo exigen su renuncia.
“Este es uno de los peores gobiernos que ha tenido México”, dijo a la AFP Juan, un obrero de 59 años, entre los cánticos de “Fuera Peña”. “Me pongo en el lugar de esas madres que no saben de sus hijos y es duro, es difícil, es doloroso. ¡Ya basta!”, exclamó Reina Cruz, de 66 años en medio de las manifestaciones que últimamente terminan en actos violentos propiciados por parte de encapuchados.
En medio del caos y una credibilidad que cada vez se debilita más Enrique Peña Nieto continúa al frente del país azteca, pero faltan aún cuatro años de su sexenio que nadie sabe si va a poder resistir.