El debate de control político adelantado en el Concejo de Bogotá por cuenta de las presuntas irregularidades en algunas alcaldías locales de la capital ha llevado a que se señale con extrañeza el silencio del alcalde mayor de Bogotá sobre un tema que preocupa, incluso, a la bancada progresista en el cabildo local.
En el Concejo de Bogotá se adelantó este jueves 17 de julio un debate de control político que tuvo como finalidad hacer públicas varias denuncias sobre posibles casos de corrupción en algunas alcaldías locales de la capital.
La concejal Clara Lucía Sandoval, de la bancada del partido de la U, lideró una debate en el que se habló de posibles irregularidades en materia de contratación en varias alcaldías locales como la de Kennedy, Bosa y Chapinero, por mencionar algunas.
Al respecto la concejal de la bancada progresista Diana Alejandra Rodríguez le dijo a Confidencial Colombia que el problema con las alcaldías locales, que no son todas, no es algo nuevo. La concejal Rodríguez también aseguró que a pesar de que las “denuncias ya se habían hecho hace un año, viene a hacerse el debate hoy”.
También señala la cabildante progresista que “las denuncias se entregaron a Guillermo Alfonso Jaramillo, cuando era Secretario de Gobierno, y al alcalde Gustavo Petro. Sin embargo, preocupa mucho el papel de Guillermo Asprilla en ese caso. El politizó las denuncias e impidió que Petro y Jaramillo tomarán decisiones”.
Para Rodríguez no todos los casos son actos de corrupción, la mayor parte se debería a la inexperiencia de algunos alcaldes locales en materia de administración pública, ya que en ciertos casos “estos, comprometen recursos que son para ciertas vigencias antes de que se acabe el año; firman convenios con universidades o entidades, por lo cual no hay licitación ni control; comprometen el presupuesto, y la ejecución real se da con los desembolsos. Cuando ya el contratista hizo su trabajo, pasa que los alcaldes comprometieron hasta el 92% de los recursos locales y solo se ejecutó algo más de 50% de estos, así van quedando comprometidas las vigencias”.
Rodríguez y Sandoval coinciden en señalar que existen casos bastante sospechosos en los que algunas ONG contratan en temas de alimentación y malla vial. Para Rodríguez el gran problema es que en algunos casos “el carrusel opera desde lo local, volvió a sus inicios”.
Lo anterior se debe sumar al hecho de que la inexperiencia administrativa de algunos de esos alcaldes genera caos en el ordenamiento del gasto, máxime cuando son presupuestos tan altos como el de la alcaldía local de Kennedy que maneja un presupuesto de 85 mil millones de pesos frente a los 17 mil que están destinados para la Secretaría de la Mujer.
Ante las denuncias el actual secretario de gobierno, Hugo Ernesto Zárrate señaló que la mayor parte de estos contratos son herencias de la administración pasada y del Carrusel de la Contratación. Añadió que sería “pertinente adelantar un debate en el Concejo sobre el Carrusel y sus tentáculos”. Además, instó a que los entes de control tomen las medidas pertinentes y se pronuncien sobre el particular.
Por el momento la controversia sobre si es inexperiencia administrativa de algunos alcaldes o mala fe de los mismos, está servida al tiempo que el alcalde mayor de la capital sigue en silencio sobre un tema que preocupa a todas las bancadas del Concejo capitalino.