Pablo Victoria Wilches es todo un chef de la cocina electoral colombiana. El precandidato presidencial del Partido Conservador preparó en Confidencial Colombia un exclusivo menú en donde expone a un partido polarizado que al parecer no quiere hacer política, ideas tan exóticas como mandar a las Farc a que pueblen la isla Gorgona o mano dura para sobrevuelos extranjeros en cielos nacionales, y un proceso de paz “que solo obedece a la reelección del presidente Juan Manuel Santos”. Entrevista.
Se alista el ruedo electoral para el precandidato presidencial por el Partido Conservador, Pablo Victoria Wilches, quien desde una larga trayectoria en el escenario político del país, reveló algunos de los platos fuertes con los que espera posicionarse como el candidato ‘azul’ de las elecciones del próximo año.
Además, el legendario adversario del expresidente Samper, habló sobre su posición en la coyuntura actual que comprende temas como el proceso de paz, una posible alianza con el Uribe Centro Democrático, su amistad con el procurador Ordoñez, la comunidad LGTBI, el calificativo de promover movimientos nazis y el presunto plan de las Farc para atentar en contra de Álvaro Uribe Vélez.
Confidencial Colombia: Es claro que el partido enfrenta una marcada división entre los que buscan despedirse de la Unidad Nacional y los que aún persisten en quedarse, así las cosas, ¿cómo va la precandidatura presidencial dentro de esta encrucijada?
Pablo Victoria Wilches: Está muy difícil porque el partido Conservador está entregado a Santos. Hay una división grande en el Senado, unos quieren la mermelada de Santos y otros se quieren ir. Lo que no sabemos es si se querrán ir después de la Ley de Garantías, entonces esto ha complicado muchísimo la situación porque es un partido que aparentemente no quiere hacer política.
Lo que no logro entender es como estos parlamentarios se van a hacer reelegir colgados del Presidente. Esos son unos conservadores haciéndole política a un liberal, lo que me parece como la abyección suprema. Cuestionaría dos cosas: que pudieran hacerse reelegir bajo esa premisa con un señor Presidente que está altamente desacreditado en todo el país y que se expondrían a perder la personería jurídica del partido. Esto es más o menos como la muerte de Sansón y todos los filisteos.
C.C: ¿A qué se debe esa polarización latente entre los conservatistas?
P.V.W: Esto se debe a que los parlamentarios antes recibían lentejas, que eran un elemento bastante nutritivo, y ahora reciben mermelada. Por eso les salen lombrices y están lánguidos. Entonces, estamos tratando de lograr una rebeldía dentro del Partido Conservador que podría ser un camino bien importante para que sean los directorios departamentales los que convoquen a una convención, que es estatutariamente legítimo.
En mi caso, yo soy conservador de verdad, no de mentiras. Hay algunos que son de corazón pero no actúan como conservadores. Yo soy de verdad y toda le vida lo he sido; he militado en el partido y nunca me he fugado de él. Creo en el esquema Gobierno-oposición y que nosotros deberíamos estar en la oposición, sobre todo con un Presidente que está entregando, paso a paso, girones de su soberanía a las Farc.
C.C: Se había estipulado que la convención para elegir el candidato ‘azul’ se haría el 4 de diciembre, no obstante dentro del partido se escuchan voces para aplazarla hasta el otro año. ¿Se pospondrá la convención?
P.V.W: Se podría aplazar no más allá del 6 de marzo, fecha en que culmina el calendario electoral. Tampoco se podría hacer una consulta popular el 9 del mismo mes (elecciones del Congreso) porque nos expondríamos a perder la personería jurídica. Entonces el camino a seguir es hacer una rebeldía desde las bases, con la suerte de que los directorios departamentales obliguen a hacer una conversión nacional para elegir un candidato, sí, solo si el Directorio Nacional, que está en manos de parlamentarios que solo piensan en sí mismos y no él en el partido, y si Omar Yepes, presidente del Directorio, no convoca la convención.
C.C: Hablemos de alianzas: ¿Cómo sería una fusión con el Uribe Centro Democrático? ¿Es viable?
P.V.W: Es posible. El aliado natural del uribismo es el conservatismo y esa alianza podría venir muy bien porque el Uribe Centro Democrático no gana solo y a fin de cuentas nadie gana por sí solo. Sin embargo esa alianza debería ser del uribismo hacia el Partido Conservador, porque nosotros poseemos una trayectoria de 165 años de existencia. Tenemos organización en todo el país, en cada municipio y capital de departamento. Tenemos solera como los buenos vinos.
El partido Conservador no debe salir corriendo detrás del uribismo como un vagón de enganche porque a nosotros no nos corresponde de ninguna manera ese papel, al contrario, deberíamos atraerlos para formar esa alianza con una atracción programática y que los uribistas puedan apoyar a un candidato nuestro.
C.C: ¿Cómo ve una candidatura tan diciente como la de Óscar Iván Zuluaga y el telón uribista de fondo?
P.V.W: Es un hombre serio, tiene una cantidad de cifras y propuestas importantes y le cabe el país en la cabeza. Desafortunadamente, nosotros percibimos que su candidatura no arranca con fuerza y hay algo que le falta.
C.C: ¿Qué opina de la polémica que desató el presunto atentado en contra del expresidente Uribe por parte de las Farc?, hay quienes dicen que el hecho fue un suceso tendiente a levantar la imagen del uribismo en época de elecciones. ¿Está de acuerdo?
P.V.W: Las Farc han venido atentando contra todo el mundo en Colombia. No me extraña que atenten contra Uribe para sacarlo del camino dado que el expresidente es el mayor opositor y enemigo que tienen los guerrilleros. Es una amenaza real y verdadera…toca tener mucho cuidado.
Respecto al autobombo no me lo creo porque esto fue denunciado por el mismo Ministro de Defensa al llamar a Uribe para advertirlo sobre esa posibilidad.
C.C: ¿Considera a la tercería de progresistas y verdes como un oponente sustancial si logra usted posicionarse como candidato?
P.V.W: En este país no se puede predecir nada. Habrá una persona que llegue en segundo lugar y pasará a la segunda vuelta. Quien pase a la segunda fase, todo el mundo se le unirá para hacerle frente al presidente Santos.
Hoy, el que pasa a la segunda vuelta es el voto en blanco con candidato propio y de nombre N.N.
C.C: El próximo presidente, quien quiera que sea, tendrá labores que aun continúan en el tintero y que le han provocado malestar al actual Gobierno. Una de ellas, la más importante, los diálogos de paz ¿Cómo ve usted el avance de este proceso en La Habana?
P.V.W: Eso es una farsa. Lo que no pudieron conquistar las Farc, lo están conquistando en el campo político por la debilidad del Presidente. Santos es un presidente débil, dubitativo y estaría dispuesto a entregarles el país con tal de que lo reeligieran. Él se quiere consagrar como la persona que logró la paz, pero no la va a lograr porque los guerrilleros vienen por mucho más. Ellos vienen por el Congreso de la República, las fuerzas militares, las tierras productivas del país y nos quieren convertir en una segunda Venezuela.
Lo único que merecen es una colonia penal, por ejemplo habilitar la isla Gorgona y meterlos a todos ahí.
C.C: ¿Pero no le parece que los diálogos de paz han sido un paso histórico para un eventual fin del conflicto en Colombia?
P.V.W: Eso se dice porque nunca en la historia se había entregado tanto de la soberanía del país como en este momento. Es no es un proceso de paz, es proceso de entrega.
Al enemigo que no se quiere entregar y que quiere seguir asesinando toca someterlo. A las Farc hay que someterlas por la razón, o por la fuerza y el único dialogo posible con los guerrilleros es cuando entreguen las armas; no con la dejación de armas (tercer punto de agenda de paz), eso es un eufemismo, porque esto significaría enterrarlas y venir por ellas más tarde. A un enemigo derrotado militarmente hay es que pedirle una rendición incondicional tal y como lo hizo Alemania en la Segunda Guerra Mundial o los países que han sufrido estas calamidades.
Eso es igual que el sobrevuelo de aviones rusos por espacio aéreo colombiano, yo los habría obligado a descender en Bogotá y capturado a los pilotos para preguntarle a Rusia que mensaje nos quería mandar, de lo contrario los derribábamos. Los rusos nos están intimidando.
C.C: ¿Porqué votar por usted, se ve como el próximo Presidente de Colombia?
P.V.W: Yo tengo varias protestas que hacerle al país. Por ejemplo, simplificar el sistema de salud y que el Estado pague directamente a las personas de menos recursos su estadía en los hospitales y las consultas médicas, sin intermediación de terceros. Así se hace en Estados Unidos y en España y funciona.
También hay que hacerle una propuesta educativa al país. En vez de gastar los recursos del Estado construyendo colegios e infraestructura escolar, lo que deberíamos hacer es aprovechar que el sector privado haga estas medidas y entregarle al sector público bonos para que se eduquen donde ellos escojan.
Propongo también la creación de un tribunal de cortes para juzgar a las mismas cortes, es decir: quitarle la potestad a la comisión de acusación de la Cámara de Representantes y formar este tribunal para vigilar a sus pares. Los juzgarían jueces nombrados por las Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría y que no haya nadie en Colombia que no pueda ser juzgado. Incluyo dentro de mis propuestas una reforma constitucional y a la justicia.
Además, deberíamos desnacionalizar el subsuelo colombiano para que de esta manera, por ejemplo, si se tiene una finca y encuentra petróleo, se puede contratar privadamente a una empresa, pagar los impuestos y las ganancias de la explotación serían mayoritariamente para aquel que encontró el pozo, no para el Gobierno porque ya no habría control de un monopolio.
C.C: ¿Desnacionalizar el subsuelo no entraría en conflicto con el uso de tierras para la producción de cultivos ilícitos, aumentando así el narcotráfico?
P.V.W: Esto es para después de haber solucionado el problema de la guerrilla haciendo uso de nuestras fuerzas militares. Desnacionalizar el subsuelo no tiene porque entrar en conflicto con temas como la ganadería por ejemplo, a menos que usted rellene de cocaína a las vacas. De igual manera, pacificado el país se puede plantear una situación de largo aliento de lo que se puede hacer dentro de los próximos años.
C.C: ¿No le parece que podrían calificar a su discurso como promotor de una política de la guerra?
P.V.W: No. Esto es una política realista, de la defensa del país y la democracia de las instituciones porque el agresor es la guerrilla no el Estado. Es cambiar de neumático dejando de lado tapar los parches.
Yo le estoy diciendo al Partido Conservador que se quite las rodilleras, se ponga de pie y hacernos contar.
C.C: ¿Qué fue lo que paso con aquel enunciado que lo relacionaba a usted como un fomentador de movimientos fascistas?
P.V.W: A mí me calumniaron y dijeron que yo era un fundador de movimientos nazis. Yo qué voy a ser nazi ni qué carajos. Eso es una vulgar calumnia de un noticiero que odia al Procurador y como él y yo mantenemos una amistad, pues de paso tambíen me odian a mí. Lo único que pasó fue que fui a dar una conferencia en Santander, y al evento asistieron personas que fueron nazis y después lo dejaron de ser, luego yo los felicite y les dije que el país no necesita más violencia. Eso fue lo único que pasó, nada más.
C.C: ¿Cómo es su amistad con el procurador Alejandro Ordoñez. Está en sintonía con su posición contraria al matrimonio igualitario y las denuncias de la comunidad LGTBI?
P.V.W: Alejandro Ordoñez es el Procurador más importante que ha tenido Colombia en los últimos 50 años. Es un hombre recto, bien intencionado, incorruptible, muy ceñido a la ley, no comete excesos, es justo y a quien tenga que absolver lo hace, y a quien tenga que condenar lo condena. Nuestra amistad es estable, él no ha interferido en absolutamente nada con mis aspiraciones; es más, llevo mucho tiempo sin hablar con él precisamente para mantenerlo al margen y no comprometerlo con nada.
Respecto a mi posición frente a la comunidad gay, ¿Qué le dice a usted la naturaleza? Que el hombre se tiene que regir en la naturalidad. Ella nos habla a cada uno de nosotros y lo normal, lo natural, es una relación entre hombre y mujer. Si esa es la norma pues lo demás no es normal y es una pretensión absurda de una minoría perfectamente activa que reclama derechos inexistentes.
Ahora, que hagan un contrato y vivan juntos pues allá ellos, pero que eso se consagre como matrimonio sería como volver a los tiempos de Sodoma y Gomorra. Yo creo en la santidad de la vida desde su concepción hasta su fin natural porque soy católico, soy normal y esas son las enseñanzas tradicionales que nos vienen inculcando. Pasa igual con la eutanasia o el aborto.