Este sábado el Papa Francisco llevó a cabo el nombramiento más significativo, hasta el momento, al elegir a un veterano diplomático como su secretario de Estado, el primer ministro de Vaticano y asesor jefe, un puesto que a menudo se denomina “vicepapa”.
El nombramiento del arzobispo Pietro Parolin pone fin a la era del cardenal Tarciscio Bertone, a quien se atribuye en gran medida el no haber sabido evitar los escándalos éticos y financieros que marcaron los ocho años de pontificado de Benedicto XVI, que renunció en febrero.
Bertone, de 79 años, que fue secretario de Estado durante prácticamente todo el pontificado de Benedicto XVI, fue ampliamente acusado de no vigilar lo suficiente a la Curia, algunos de cuyos miembros han sido acusados de corrupción y favoritismo.
Parolin, un italiano de 58 años, es actualmente el nuncio (embajador) en Venezuela y fue viceministro de Exteriores del Vaticano durante siete años hasta 2009.
Ésta elección del Papa, de su secretario de Estado, es importante porque marca el tono de la administración central del Vaticano, conocida como la Curia, además de las misiones diplomáticas del Vaticano en el mundo.