Poder, excesos y mucha emoción en Salomé

Salomé, uno de los personajes más escandalosos del cambio del siglo, llega por primera vez a Colombia de la mano de uno de los directores de ópera más importantes de Europa, Joan Anton Rechi. Confidencial Colombia habló con Rechi sobre esta controvertida obra con más de 100 años de historia.

Proveniente del teatro e iniciando su carrera profesional como actor para la pantalla chica y las tablas, Joan Anton Rechi se formó en el el Institut del Teatre de Barcelona e Historia Antigua.

La dirección escénica teatral y operística, ha ponderado su carrera. Colaboró con Calixto Bieito, Robert Carsen, Joan Font o Willy Decker entre otros, debutando en el 2001 como director con Una cena con los clásicos en el teatro Joventut de l’Hospitalet. A partir de ese momento siguió su carrera dirigiendo en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y en el Teatro Real de Madrid (Castra Diva), Teatre Romea de Barcelona (Orfeu en los Infiernos y El señor Perramon), Theater Freiburg, Alemania, (El barbero de Sevilla, Adriana Lecouvreur, Man of la Mancha, Olé), Staadt Theater Mainz, Alemania, (Krol Roger) y Theater Oberhaussen, Alemania, entre muchos otros.

De las primeras obras en las que trabajó en teatro, fue Salomé. Su conexión con esta ópera se remonta a su infancia cuando apenas tenía 8 años de edad.

“Fue una de las primeras obras que leí y me fascino. Yo me acuerdo que vi una dramatización por televisión a los ocho años con una actriz española muy famosa y recuerdo que me sentí fascinado por la historia, que en este momento -me parece- no es que fuera adecuada para un niño de ocho años”, cuenta el director.

Ahora, Joan Anton Rechi llega a Colombia con el estreno de esta historia controvertida y sensual de Richard Strauss y escrita por Oscar Wilde.

“Para mí es un placer que el teatro me la ofreciera y poder hacer un título que tenía muchas ganas de enfrentar”, manifiesta.

Para Rechi, que leyó, vio y trabajo Salomé, aún se mantienen imágenes de su infancia de este gran título de la ópera a nivel mundial.

“Cuando era pequeño la veía más como una historia de bien y de mal, blanco y negro. Salomé era la mala porque hacia que le cortaran la cabeza a Jun el Bautista y ahora, con el tiempo, tienes más empatía y entiendes las razones de todos los personajes y el por qué.”

Confidencial Colombia: ¿Cómo inició la preparación para esta producción de Salomé?

Joan Anton Rechi: Normalmente cuando me encargan una dirección de escena de una ópera, lo que hago es: primero, hacer un estudio de la obra, escucharla, buscar la fuente de dónde viene y el compositor. Luego, como en este caso una obra o una novela, leo y después veo que significó la obra en su época, si fue una obra de puro entretenimiento como pudo ser el Barbero de Sevilla de Rossini o si es una obra con una conciencia más social. O por el contrario, si supuso un escándalo como es el caso de Salome o el de Carmen, otro de los grandes títulos, que supuso un escándalo. Y posteriormente situarla en su contexto porque creo que eso es importante a la hora de prepararla para intentar, no crear lo mismo, pero sí no traicionar el espíritu original que tenía la obra.

Eso me parece importante, seguir un poco la línea de lo que supuso la obra en su momento y a partir de allí empezar a darle vueltas a mi imaginación tanto con mi equipo como con los escenógrafos.

Confidencial Colombia: ¿Qué lo inspiró para hacer esta versión de Salomé?

Joan Anton Rechi: Yo quería trasladarla a la época moderna. Un poco intente buscar qué podría ser esta familia. He de decir que una de mis primeras inspiraciones fue el dictador o la familia Ceaușescu, que eran los dictadores de Rumania en los años 70. Tenían palacios por todo el país y al lado de cada palacio tenían un bunquer rodeado de soldados para protegerse.

Eso me dio la sensación que está muy relacionada con el texto: de Herodes como un rey que ha conseguido el poder de forma ilícita y que vive de una forma muy absolutista, pero que al mismo tiempo tiene mucho miedo de que se lo quiten y está rodeado de todos estos soldados. Creo que unía mucho los dos mundos de Salomé.

Y luego para la estética, un poco esta imagen de Emiratos Árabes: que es el culto al oro, imágenes de los palacios de los jeques árabes, todos llenos de oro y mostrar el poder, muy excesivo y muy opulento. Entonces, quería unir estos dos mundos, sobre todo este mundo tan opulento y tan excesivo en la residencia de Herodes y Herodías.

Confidencial Colombia: ¿Cuál es el límite entre convertir una pieza clásica en algo contemporáneo o moderno y mantener la esencia de la obra?

Joan Anton Rechi: Aquí hay dos cosas, para mí, muy importantes. La primera de ellas es que nosotros somos los directores de escena y los directores musicales, somos artistas de nuestro tiempo. Yo siempre pongo el mismo ejemplo: Hay una serie de pinturas de Picasso que se llaman Las Meninas. Picasso hace un homenaje a Las Meninas de Velázquez pero las pinta de manera cubista. ¿Por qué lo hace? No traiciona al cuadro original, lo que hace es interpretarlo desde el punto de vista de su tiempo.

Nosotros interpretamos las historias desde el punto de vista de nuestro tiempo. Las obras maestras son maestras porque permiten estas reinterpretaciones, permiten que nosotros las leamos desde nuestra sensibilidad, y nuestra sensibilidad varía.

Yo comento que cuando se estrenó Madama Butterfly, era la historia de un marinero norteamericano que se iba a Japón y se aliaba con una chica de quince años. El público para entonces, lo entendía o lo interpretaba de una forma muy romántica pero hoy en día nuestra mentalidad ha cambiado y lo interpretamos como turismo sexual. O la historia de Carmen que cuando él la mata, al final de la obra, él le dice: “O eres mía o de nadie”, y la mata. Cuando yo era un niño y pasaban esas cosas, en el periódico se le llamaba ‘crimen pasional’ y en cambio ahora se llama ‘violencia de género’.

Este cambio de la mentalidad del espectador es el que tenemos que reflejar en los espectáculos. Yo creo que hay que leer las historias de una forma moderna y esto no tiene nada que ver con poner una estética clásica. Puedes hacer una Traviata de época con miriñaque y tal, y que sea una historia moderna porque moderno es la visión que tenemos de la historia y no la estética.

Puedes hacer una historia súper moderna con personajes en bluyín y vestidos modernos pero que sea clásica de concepto. Creo que el espectador olvida lo que supusieron las obras en su momento, como Salomé que fue una obra escandalosa y moderna para la época. Creo que a veces cuando hacemos estas cosas, en realidad lo que estamos haciendo es siendo fieles al espíritu original de la obra.

Confidencial Colombia: ¿Qué verá el público en esta versión?

Joan Anton Rechi: Yo espero que vean algo que les emocione porque a mí me gusta sobre todo trabajar el mundo de la emoción. Me gustaría que vieran la obra como tal, que al ser la primera vez que se hace en Colombia, es importante que la gente reconozca la historia original, la historia bíblica pero desde un punto de vista moderno.

Creo que verán la historia de unos reyes, Herodes y Herodías, de un hipotético reino actual en Oriente Medio en los Emiratos Árabes sin una referencia muy clara y muy concreta, en una historia de poder, deseo y un poco de una sociedad en la que prima el dinero y en la que todo se puede comprar frente a un mundo espiritual que es el que representa Juan el Bautista.

Y una mujer entre estos dos mundos: Salomé, una mujer educada en una sociedad material, de poder, de dinero, de siempre relacionarse para conseguir algo y que de golpe siente que tiene como una especie de vacío existencial, que le falta algo y encuentra ese algo en Juan el Bautista. Intenta ser salvada por él y al no serlo reacciona de una manera muy potente, muy vengativa, exigiendo la cabeza del profeta.

Me gusta que el público sienta empatía por todos los personajes porque al fin todos somos buenos y malos, claro hay personas más buenas o más malas, pero que llegado un punto todos podemos llegar a extremos y eso es lo que me gusta plantear, que todos tenemos todos los colores creo.

Únicas funciones jueves 18 y sábado 20 de febrero de 2016, 8:00 p.m.

Entradas desde $35.000